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una Ventana desde Madrid

Parques y Jardines de Madrid

Jardín de las Tres Culturas

Por Lourdes Morales Farfán


Jardín de las Tres Culturas

En pleno distrito madrileño de Barajas, en el cuadrante Noroeste del Parque Juan Carlos I, encontramos un rincón en el que poder hacer un recorrido muy peculiar en base a tres religiones y formas de vida bien diferenciadas que, sin embargo, hará disfrutar a todos sus visitantes. Se trata del llamado Jardín de las Tres Culturas, un lugar con el que se ha pretendido simbolizar la convivencia que, hace siglos, se dio en España entre judíos, musulmanes y cristianos. Así pues, se construyó como homenaje a la Conferencia de Paz que se celebró en Madrid entre árabes y judíos en 1992. No es una reconstrucción de ningún jardín concreto que haya existido, sino una recreación en la que se ha querido aunar una serie de elementos presentes en esas tres culturas y que nos hará conocerlas un poco más, a la par que nos transmiten esos valores de convivencia y tolerancia. De esa manera, el Jardín de las Tres Culturas está formado, a su vez, por tres jardines que, si bien están diferenciados entre sí, se integran de tal modo uno con otro que forman una sola unidad sin que ninguno de los jardines prime sobre los demás.

En cuanto a la estructura, se eligió el círculo como forma del conjunto, una forma con la que se simboliza el Paraíso dada su perfección geométrica, parte común de los tres jardines. Por otro lado, para cada jardín se eligió el cuadrado como forma simbólica de lo terrenal, de la adaptación de ese Paraíso del que hablábamos antes a las diferentes culturas. Por último, a lo largo del recorrido podremos ver una serie de citas literarias de escritores pertenecientes a las tres culturas, algo que hará que el visitante se pare a reflexionar y a disfrutar del paseo con calma. Comencemos...

Localización: Glorieta S.A.R. Don Juan de Borbón y Battemberg, 5 (Dentro del Parque Juan Carlos I).


Jardín de las Tres Culturas, Plaza de Acceso

El camino se inicia en una pequeña Plaza de Acceso en la que ya se nos comienza a introducir la idea de lo circular como forma de perfección, de inmortalidad, de origen y fin. Su función es primordialmente la de recibir a los paseantes.

Jardín de las Tres Culturas, Monolito

En ella veremos varios elementos: a nuestra derecha, un Monolito con cipreses; y frente a nosotros, una Pasarela-Puente de madera que nos conduce al Árbol de la Vida. Todos ellos y algunos más iremos describiendo a continuación.

Si nos situamos frente a la Plaza, veremos a nuestra derecha un Monolito con tres cipreses que representan las tres culturas mencionadas y cómo están todas arraigadas a la tierra. Además, veremos una placa en la que se recogen tres citas literarias referidas al jardín de poetas medievales, cada una representativa de las culturas cristiana, judía y musulmana, respectivamente:

«El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea con un manso ruido
que del oro y del cetro pone olvido».
Fray Luis de León. "La vida retirada".

«No existe el jardín del Paraíso
sino en vuestras moradas (...)
no penséis que mañana entraréis en el fuego eterno;
no se entra en el infierno después de vivir en el Paraíso».
Al Maqqari

«¿No ves amigo, que es
el cielo como el arriate
del jardín,
las estrellas como lirios
y la luna
como el pilón de la fuente?».

Shlomo Ibn Gabirol


Jardín de las Tres Culturas, Pasarela-puente

Seguiremos adelante y atravesaremos por una Pasarela-Puente que une la Plaza con el Paraíso. Ésta se encuentra levantada sobre una especie de plataforma circular elevada que simboliza una montaña cósmica. De este modo, esta Pasarela se convierte en un proceso de iniciación que nos lleva al Árbol de la Vida a través de un camino que asciende ligeramente. Veremos también cómo está construida con materiales que aúnan lo tradicional, como es el caso de las tablas de madera, con lo moderno, en el caso de los tirantes de acero.


* * *
Jardín de las Tres Culturas, Árbol de la Vida

Atravesando la Pasarela, estaremos en un proceso de transición hacia la entrada al Paraíso, representado ya en el Génesis de la Biblia por la idea de un jardín del Edén creado por Dios donde puso al hombre que había creado. Se trataría de un jardín en el que prima la idea de oasis, trayéndonos a la mente la sombra de las palmeras, el agua, los frutos de los árboles, etc. En él, el Creador haría crecer árboles del conocimiento del bien y del mal y el hombre tendría prohibido comer tanto de éste, como del árbol de la vida.

Y es precisamente el Árbol de la Vida lo que simboliza la escultura que vemos al otro extremo de la Pasarela, un árbol que proporciona la vida eterna al hombre que coma de él, sirviendo de unión entre él y lo trascendental. La escultura en sí está formada por dos bloques de hormigón que se encuentran separados a modo de puerta de entrada al Paraíso. En ella, hay dibujadas unas hojas que se prolongan con unos soportes de hierro. En uno de los bloques, hay una placa que nos recuerda la creación del Paraíso recogida en el Génesis, Capítulo 2, Versículos 8-16.


Jardín de las Tres Culturas, Palmeras

Pasamos entre los bloques del Árbol de la Vida y lo primero que veremos frente a nosotros será la vegetación formada, principalmente, por Palmeras, elemento característico que nos trae la imagen de los oasis que mencionábamos antes. Este árbol, originario del Norte de África y del Oeste de Asia, surgió en lo que hoy es Irak aproximadamente en el año 3000 a. de C. Hay más de 100 especies con cuyos frutos se acompañan sopas, tés, o dulces. Dependiendo de la cultura, este árbol tiene diferentes significados: para los caldeos1 y los árabes, la palmera era el árbol de la vida; para los hebreos y los griegos, simboliza el triunfo; en el Antiguo Egipto, representa la fertilidad; y para los fenicios, es un elemento sagrado (Dios Palmera). Las que podemos contemplar aquí plantadas pertenecen a las especies Phoenix Canariensis y Washingtonia Robusta.


Jardín de las Tres Culturas, Acequia

Debajo de la plataforma en la que se asienta la escultura del Árbol de la Vida, parten cuatro acequias2 que representan los Cuatro Ríos del Edén bíblico o del Paraíso del Corán. Estos cuatro canales forman simbólicamente una cruz y vierten el agua como si de la vida se tratara en otra acequia, en este caso circular, que rodea el Árbol de la Vida y que limita el Paraíso.


* * *
Jardín de las Tres Culturas, Jardín Judío

El siguiente recorrido lo haremos por el Jardín Judío, también llamado "Vergel3 de Granados". Gracias a la Biblia, sabemos la importancia que tenían estos espacios para la vida agrícola, base de su economía. Sin embargo, se les da también un uso alejado del meramente productivo, enfocándolo además como un lugar de recreo. El origen de ello parte del profeta Ezequiel, quien establece el concepto de la "ciudad en cuadrícula". Ésta se basa en un cuadrado perfecto que se orienta en torno a los cuatro puntos cardinales y, rodeada por una muralla, se divide entre las doce tribus de Israel4 a partes iguales, cada una con su puerta. Podemos ver una descripción de todo esto en el "Cantar de los Cantares": "Eres jardín cercado, fuente sellada. Es tu jardín un vergel de granados y frutales los más exquisitos". De este modo, el Jardín Judío que vemos aquí está presidido por una gran Fuente y está rodeado de lo que serían restos de Murallas. De esa manera, quedan separados el vergel interior y el desierto exterior, algo que veremos más detenidamente a continuación.


Jardín de las Tres Culturas, Muralla

Todo el jardín se encuentra rodeado de una Muralla que simula estar en ruinas y que funciona como cierre de la ciudad-jardín. Simboliza las murallas del templo de Jerusalén y para su construcción se ha utilizado piedra auténtica de la zona donada por la Fundación Jerusalén. Se puede distinguir del resto de materiales gracias al revoco5, el cual crea, además, un gran contraste de colores. Cabe destacar el especial significado que tiene la piedra para los judíos debido a que las ruinas de piedras son los únicos restos conservados del ya mencionado templo de Jerusalén, un lugar de peregrinación de todos los judíos.


Jardín de las Tres Culturas, Desierto

La Muralla tiene también la función de separar el vergel del Desierto. En éste último, veremos que las plantas son muy diferentes a las del interior del jardín, teniendo como principales las palmeras, así como formaciones de dunas con la arena y algunas rocas que le dan ese aspecto de aridez propio de esta zona.

Toda esta "ciudad", de trama ortogonal6, está rota por el dibujo del escudo de David en el suelo.


Jardín de las Tres Culturas, Fuente judía

Entraremos por la puerta de trazas cuadradas que se abre en una de las partes de la Muralla y, frente a nosotros, presidiendo todo el jardín, vemos una gran Fuente en forma de caracol por la que va cayendo el agua que desemboca en la ría que riega toda la ciudad simbolizada por el jardín. Su estructura se inspira en la Estrella de David7, el gran símbolo de los hebreos. El dibujo en el pavimento simboliza esa "ciudad en cuadrícula" del profeta Ezequiel de la que hablábamos antes. En ella, se reconstruye el templo de Jerusalén y se ha erigido una Fuente que emanaría sus aguas hasta desembocar en el Mar Muerto.


Jardín de las Tres Culturas, Acequia del Jardín Judío

Las aguas de la Fuente son transportadas, como si de una ría se tratase, por una Acequia serpenteante que acaba en el Estanque y que representa el trazado del agua por toda la ciudad. Al paso de estas aguas, crece una serie de vegetación variada, que veremos más adelante, lo cual hace que el agua vuelva a verse como todo un símbolo de vida. Este "riachuelo" puede ser cruzado por un pequeño puente.


Jardín de las Tres Culturas, Estanque del Jardín Judío

Finalmente, el agua acaba desembocando en un Estanque, recorrido que simboliza la llegada a la Tierra Prometida. En el centro del mismo, veremos dos olivos como en pequeñas isletas que representan el Paraíso, un Paraíso rodeado por Murallas que funcionan como diques8. En la Biblia, pueden leerse referencias a este tipo de jardines en lo que se llama la "Casa de los Bosques del Líbano", del reinado del Rey Salomón, que contaba con sistemas ilusorios con los que se recreaban unos paisajes infinitos.


Jardín de las Tres Culturas, Granado

En cuanto a la vegetación antes mencionada, iremos haciendo ahora un recorrido por las plantaciones que podemos ver y su simbología dentro del jardín. Ante todo, debemos tener en cuenta que todas estas plantas han sido extraídas de los textos bíblicos, si bien algunas de las especies han tenido que ser sustituidas por otras homólogas debido a que no podrían crecer en el clima madrileño. El primero que veremos será el Granado, uno de los árboles frutales que se cultivan desde la antigüedad. Su origen se puede localizar desde los Balcanes hasta el Himalaya, pero también se cultiva en regiones mediterráneas. Su fruto, las granadas, aparece en la Biblia en tres lugares concretos: en el manto de un alto sacerdote (Éxodo, 28:33); en guirnaldas que decoran las columnas del templo y la corona del Rey Salomón; y en el "Cantar de los Cantares", cuando se compara las mejillas de la Amada con esta fruta.


Jardín de las Tres Culturas, Mirto

La siguiente planta es el Mirto. Se trata de un arbusto perfumado al que también se le conoce con el nombre de Arrayán, proveniente del árabe "ar-Rayhan", o "Rihan", cuyo significado es "el aromático", o "Hadás" en hebreo. Es una planta mediterránea que florece en verano. En el antiguo Egipto, las mujeres lo usaban como adorno para el cabello, mientras que las jóvenes judías hacían con él una guirnalda para el día de su boda. Según la cábala9 judía, "Hadás" suma el mismo valor que la palabra hebrea "Hasovev", que significa "quien circula", lo cual hace referencia a la costumbre de dar vueltas alrededor de la mesa de Sabbat10 con ramas de Mirto en las manos.


Jardín de las Tres Culturas, Vid

Otro tipo de vegetación es la Vid, que en el jardín veremos como se enreda en unas estructuras metálicas, formando un espacio fresco donde pararse a disfrutar de su sombra. Su cuidado a lo largo de todo el año hizo favorable el sedentarismo en los primeros exploradores del antiguo Egipto, lo cual conllevó la creación de ciudades y aldeas. En la religión bíblica, el vino es considerado un don de Dios, por lo que el hecho de que haya abundante vino es una señal de bendición. Tanto es así que el pueblo judío es considerado la "viña de Dios". Por otro lado, también ha sido utilizado en sus rituales religiosos, como es en la víspera del Sabbat, en grandes fiestas, en bodas, etc. Durante la Pascua, se bebe vino casero o "Kosher".


Jardín de las Tres Culturas, Cipreses

Los Cipreses, originarios de Oriente Próximo, han sido cultivados desde hace siglos en toda la cuenca del Mediterráneo. Su nombre puede venir del antiguo nombre de la isla de Chipre, "Kypros", lugar en el que este árbol es muy abundante. El nombre de "sempervirens" proviene del latín y su significado es "siempre verde". Los Cipreses han sido relacionados desde hace tiempo con la inmortalidad, gracias a que son unos árboles muy longevos y a que tienen una resina que arde con gran dificultad. En la Biblia, aparecen como árboles que sirven para la construcción (Reyes, 5:10). Actualmente, su uso tiene numerosas propiedades terapéuticas.


Jardín de las Tres Culturas, Olivo

Por último, veremos que también hay plantados Olivos. En la zona mediterránea, fueron conocidos alrededor del año 6000 a. de C. Sus antiguos pobladores lo convirtieron en un símbolo del misticismo y de la santidad, seguramente por ser uno de los árboles más longevos y creer que se trataba de un árbol inmortal. También es un símbolo internacional de la paz y es conocido el pasaje del Antiguo Testamento sobre el diluvio universal en el que aparece una paloma que lleva una rama de olivo. Por otro lado, a los reyes de Israel se les ungía con aceite, dotándoles de autoridad, poder y gloria por parte de Dios.


* * *
Jardín de las Tres Culturas, Jardín Islámico

Nuestra siguiente visita será al Jardín Islámico, o "Estancia de las Delicias", en el cual está representado el Paraíso en su forma más notable y donde el visitante podrá sentirse uno con la naturaleza. El origen de este jardín está en los oasis persas y mesopotámicos, lugares únicos en mitad del desierto donde poder descansar y reflexionar, a la par que puede proporcionar alimento. Este espacio se estructura según la idea de Char Bagh, o división en cuatro partes, todo ello basado en la noción del universo. En el centro, está lo que llaman el "Ferows", también conocido como "centro cósmico", del cual emanan cuatro ríos, cada uno de los cuales transporta agua, leche, miel y vino. Todo ello estaría rodeado de ocho puertas hechas con materiales preciosos que aquí se representa con un Templete, o Pabellón. En el Jardín Islámico, el agua cobra una especial importancia, ya que no sólo simboliza el origen de la vida, sino que también es un elemento evocador gracias a las fragancias, sonidos, colores, etc. Por ello, en el centro hay una Fuente de la que emana el agua. Además, la geometría del espacio ayuda a dar al paseante una mayor sensación de tranquilidad frente al caos exterior, todo ello acentuado por las diferentes alturas de la construcción, así como por la vegetación que nos rodea.


Jardín de las Tres Culturas, Pabellón

Dominándolo todo, encontramos el Pabellón, en el centro del jardín. Como decíamos antes, se trata del "Ferows" que representa el centro del universo. Así, el Paraíso islámico está formado por ocho puertas de oro llenas de piedras preciosas, como esmeraldas y diamantes. Esa idea la podemos ver sintetizada en este Pabellón, donde se imitan algunas de las líneas de la arquitectura árabe como es la panelación octogonal y los arcos de herradura.


Jardín de las Tres Culturas, Fuente islámica

Una vez que atravesamos cualquiera de las puertas del Pabellón, encontramos en su centro una Fuente de mármol de la que brota el agua, metáfora del origen de la vida. Este elemento se encuentra enmarcado en una estrella de ocho puntas, hundiéndose en un nivel inferior que hace que el agua caiga en una especie de embalse desde donde se distribuirá por el resto del recinto.


Jardín de las Tres Culturas, Albercas

El agua de la Fuente se distribuye por el resto de la estancia a través de cuatro Acequias que parten de debajo mismo del pavimento donde está el Pabellón y que simbolizan, como decíamos anteriormente, cuatro ríos de agua, leche, vino y miel. De ahí, y jugando con varios niveles, va recorriendo toda la estancia hasta llegar a dos Albercas donde el agua queda en reposo, aislando al visitante en un remanso de paz como si se encontrara en un oasis, idea asociada al Paraíso islámico.


Jardín de las Tres Culturas, Naranjo

Al igual que ocurría con el Jardín Judío, aquí también encontramos diversa vegetación que ayuda a representar el Paraíso buscado. En primer lugar, podríamos hablar del Naranjo, que aquí encontramos en una especie de jardín rehundido, escondido del resto de la estancia, que facilita la sensación de paz. Originarios de Asia, existen dos tipos de Naranjos: el amargo, usado como árbol decorativo, y el dulce, cuyo fruto se utiliza para el consumo humano. En griego, su nombre, Citrus Aurantium, significa "limón", mientras que "Aurantium" hace referencia al color dorado del fruto, no comestibles generalmente debido a su sabor amargo.


Jardín de las Tres Culturas, Jazmín

En segundo lugar, hablaremos de los Jazmines, cuyo nombre genérico proviene de la palabra árabe-pérsica "yásmin", que podría significar "flores blancas". Esta planta tiene su origen en Persia, desde donde fue introducida en Europa alrededor del año 1550. Su uso en los jardines islámicos es muy extendido debido a su profundo olor, además de ser utilizadas sus flores como aroma para las infusiones. Por ser una planta trepadora y con un aroma dulce, se usó en gran medida en los patios y los balcones de Al-Andalus. El Jazmín simboliza la amabilidad, la sinceridad y la sensualidad.


Jardín de las Tres Culturas, Rosa

La última planta que veremos es la Rosa, símbolo de belleza y dama por excelencia de los olores para los árabes, sirios, babilonios, egipcios, griegos y romanos. En el hemisferio Norte, se han contabilizado alrededor de 2.000 especies diferentes de Rosas, flores que han sido plantadas a nivel doméstico desde la antigüedad en China y Oriente Próximo. En los jardines islámicos, estas flores fueron utilizadas en gran medida por su apariencia decorativa y su aroma, como por ejemplo el rosal de Alejandría, o el rosal damasquino. Además, los árabes introdujeron en Occidente en el siglo X el arte de destilar sus pétalos, por ejemplo, para usarla en infusiones.


Jardín de las Tres Culturas, Torre

Finalmente, podremos observar las cuatro Torres que, situadas en las respectivas esquinas del jardín, servirían para la vigilancia de la estancia. En este caso se han recreado de manera que sirvan como palomar, aunque también evocan los minaretes11 de oración situados en las mezquitas. Su construcción se ha hecho reinterpretando los modelos árabes, siendo una columna de ladrillo rematada por un cuerpo de varios volúmenes y con arquerías.


* * *
Jardín de las Tres Culturas, Jardín Cristiano

La Edad Media no fue una etapa favorecedora para los jardines dadas la carencia de espacio en los castillos y torreones, las constantes luchas e invasiones y la escasez de agua, con la existencia en ocasiones de un solo pozo de la que extraerla. A todo ello, debemos de unir el escaso tiempo libre que podía quedar en unas condiciones tan duras y austeras. Es dentro de los monasterios donde, junto a la seguridad que ofrecían sus muros, encontramos unos jardines y huertos en los que los monjes obtenían algunos de los productos necesarios para su mesa y/o comercio. Será dentro de estos claustros12, herederos del peristilo13 romano, donde en un ambiente de paz y oración se conservaron y trasmitieron diversos conocimientos que lograron la supervivencia de la cultura clásica y de artísticos jardines que, sin ellos, no hubieran conseguido persistir en el ambiente de la alta Edad Media.

Tenemos, así, el jardín medieval, caracterizado por ser un espacio cerrado de planta cuadrangular donde alrededor de un centro con un elemento simbólico, normalmente relacionado con el agua, se disponen de forma geométrica plantaciones de diverso tipo a las que separan caminos que emergen o se dirigen hacia el centro de este jardín monacal. Todo ello lo podemos observar en este Jardín Cristiano, al que se le ha dado el nombre de "Claustro de las Cántigas" en recuerdo del Rey Alfonso X el Sabio14, un enamorado de la cultura oriental, protector de la coexistencia de las tres grandes religiones monoteístas, impulsor de las artes y la cultura, y tan versado en la música de su tiempo como para ser el autor de las "Cántigas de Santa María"15.


Jardín de las Tres Culturas, Campana

Seguimos el camino que desde el Paraíso nos lleva hasta la entrada del Jardín Cristiano, al que accederemos por un pórtico formado por un templete en estilo gótico del que cuelga un elemento tan cristiano como la Campana, cuyo sonido, que ha sido utilizado por los cristianos para recordar la oración, llamar a los fieles y servir de aviso o alarma en caso necesario, nos vuelve a recordar la vinculación musical de este jardín.


Jardín de las Tres Culturas, Templete

Pasamos bajo la Campana y continuamos hasta el centro del recinto, donde llegaremos a un Templete con un diseño basado en las miniaturas dibujadas en las Cántigas y que podemos estudiar como una recopilación de la arquitectura de las catedrales góticas: el crucero de los templos cristianos lo podemos ver al estar situado en el cruce de los dos caminos que atraviesan el parque; la gran altura de las catedrales como una forma de acercarnos a Dios está presente en las proporciones existentes entre su altura y su pequeña planta; el recogimiento de las iglesias al disponer de un techo bajo el que guarecernos; y, finalmente, los tragaluces de que dispone en el techo, que nos pueden hacer recordar las maravillosas vidrieras de tantos templos góticos.

El hecho de estar rodeado por unas gradas circulares hace que pueda ser utilizado como escenario en conciertos de carácter intimista, lo cual nos vuelve a recordar la vinculación musical del jardín.


Jardín de las Tres Culturas, Graderío

El Graderío que cierra el círculo central que rodea el Templete delimita perfectamente el espacio destinado a la música desde el que asistir a pequeñas audiciones. Las formas circulares, además de servir para una mejor difusión del sonido, nos recuerdan el coro gótico y cómo en él se usaba el canto como otro elemento de comunicación con Dios.


Jardín de las Tres Culturas, Estanque Cristiano

La zona circular que delimita el Graderío, al quedar encerrada dentro de un cuadrado, deja libre el espacio existente en el interior de las esquinas de este último; dicho espacio se ha utilizado para situar en cada uno de ellos, detrás de las gradas, un Estanque en el que el agua nos rememora su importancia dentro del cristianismo como elemento purificador. Asimismo, debemos de tener presente la utilización que se hacía en los antiguos huertos de los monasterios de los depósitos de agua existentes en ellos para el riego de los mismos.


Jardín de las Tres Culturas, Lirio

Al igual que en los antiguos huertos monacales, la vegetación con carácter medicinal no podía dejarse fuera de este jardín, estando presente en los laureles, lavandas y romeros. La flora se hace presente mediante la belleza de los lirios y de las rosas, esta última utilizada tradicionalmente en el culto a la Virgen María y mencionada de forma importante en las Cántigas.

En la cultura cristiana, el Lirio, por su color blanco, es alegoría de la belleza y de la sencillez; durante la Edad Media, se consideró de gran importancia medicinal su rizoma,16 por lo que era frecuente su plantación en los claustros. Actualmente, su cultivo se orienta a fines medicinales y decorativos.

Su floración se da a mediados de primavera y principios de verano, estando presente en toda la región mediterránea. En la imagen, los tenemos al borde del camino y aún sin florecer; tras ellos, aparecen lavandas, laurel y rosas.


Jardín de las Tres Culturas, Laurel

El Laurel, aparte utilizarse en la cocina o de forma medicinal, ha sido tradicionalmente usado, dentro de la cultura mediterránea, como distintivo de triunfo y aún se utiliza como corona en algunos ceremoniales de graduación. Su importancia en la antigüedad puede quedar reflejada en haber llegado hasta nuestros días la palabra bachiller, procedente del latín "Baccae Lauri" o Bayas de laurel.

En los claustros, era normal su existencia y aún hoy existe la costumbre de cortar y portar ramas de laurel el Domingo de Ramos como señal de purificación.


Jardín de las Tres Culturas, Romero

El Romero es una planta presente en terrenos secos y rocosos de la Europa mediterránea, el Norte de África y el Suroeste de Asia. Se utiliza en medicina para dolores reumáticos, lumbalgias, tratamientos de la piel y contra la caída del cabello. En la cocina, al ser una hierba aromática de fuerte sabor, se adereza con él diferentes platos de asados.

Desde una óptica cristiana, su utilización ha sido como purificador, bien disuelto en agua, o quemándose en las estancias de personas enfermas.


Jardín de las Tres Culturas, Manzano

El Manzano, árbol de climas fríos y originario de Asia Occidental, se haya presente en todo el mundo, existiendo más de mil variedades diferentes. Medicinalmente, puede tener amplios usos, como antiácido, antidiarreico, antiuricémico, calmante y reconstituyente, sirviendo su pasta para curar pequeñas heridas y su pulpa o el zumo contra el insomnio.

En la Biblia, está presente en el Paraíso como el árbol de la tentación.


Jardín de las Tres Culturas, Columnas

Al igual que en los verdaderos claustros, nuestro Jardín Cristiano también está rodeado de Columnas. En los antiguos, éstas se apoyaban en muros de carga que cerraban el recinto, sirviendo de protección frente a agresiones exteriores. En este jardín, los muros han desaparecido, existiendo en su lugar bancos corridos.

Y así terminamos el recorrido por esta representación actual de lo que era un auténtico microcosmo17 en la Edad Media.


* * *

Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑



GLOSARIO

- 1 Caldeo: Se dice de un pueblo semítico que se estableció en la baja Mesopotamia y dominó este país, con capital en Babilonia, en los siglos VII y VI a. C.
- 2 Acequia: Zanja o canal por donde se conducen las aguas para regar y para otros fines.
- 3 Vergel: Huerto con variedad de flores y árboles frutales.
- 4 Doce tribus de Israel: Según el Génesis bíblico, Abraham tuvo a Isaac y éste engendró a Jacob, quien tuvo doce hijos, los cuales serían conocidos como los patriarcas de donde proceden las doce tribus de Israel entre las que fue repartida la Tierra Prometida por parte de Josué, hoy Israel, tras el regreso de Egipto.
- 5 Revoco: Revoque de las fachadas y paredes de las casas. Capa o mezcla de cal y arena u otro material análogo con que se revoca.
- 6 Ortogonal: Que está en ángulo recto.
- 7 Estrella de David: La de seis puntas, símbolo del judaísmo.
- 8 Dique: Muro o construcción para contener las aguas.
- 9 Cábala: En la tradición judía, sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento.
- 10 Sabbat: En el judaísmo, sábado (día santo).
- 11 Minarete: Alminar. Torre de las mezquitas, por lo común elevada y poco gruesa, desde cuya altura convoca el almuédano a los mahometanos en las horas de oración.
- 12 Claustro: Galería que cerca el patio principal de una iglesia o convento.
- 13 Peristilo: Galería de columnas que rodea un edificio o parte de él.
- 14 Alfonso X el Sabio: Rey de Castilla y León entre 1252 y 1284. Autor de las Cántigas de Santa María.
- 15 Cántigas de Santa María: Obra poética y musical dedicada a la Virgen y escrita en gallego-portugués por Alfonso X el Sabio (1252-1284).
- 16 Rizoma: Tallo horizontal y subterráneo, como el del lirio común.
- 17 Microcosmo: El hombre, concebido como resumen completo del universo o macrocosmo.

DATOS DE INTERES

HORARIOS DE APERTURA/VISITA:

LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
VUELOS:
TREN:
METRO: Estación de Campo de las Naciones (Línea 8).
AUTOBÚS: Líneas 104, 112, 122.
COCHE:
HORARIO DE VISITA:
De junio a septiembre: viernes y sábados de 07:00 a 03:00 horas. El resto de la semana de 07:00 a 01:00 horas.
De octubre a mayo: viernes y sábados de 07:00 a 00:00 horas. El resto de la semana de 07:00 a 23:00 horas.

BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
- Myriam Silber Brodsky: Jardín de las Tres Culturas, Serie PARQUES Y JARDINES DE MADRID, Ediciones DOCE CALLES, ISBN: 84-89471-22-3 D.L.: M.52.770-2001
- Ayuntamiento de Madrid - Parque Juan Carlos I.
- DRAE
- Enciclopedia Espasa

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