Miércoles, 30 de octubre de 2012
Miércoles, 29 de enero de 2025 (actualización)
Introducción
Contenidos
- Introducción
- Exterior y puertas de la Catedral-Mezquita
- Agradecimientos
- Glosario
- Como llegar
- Bibliografía y enlaces externos
- Más Catedral - Mezquita de Córdoba
- Más Córdoba
- Monográficos de Córdoba
Uno de los más importantes monumentos que guarda la ciudad de Córdoba es, sin duda, su Catedral-Mezquita, tesoro único en toda España. A lo largo de una serie de monográficos, intentaremos ir desgranando las principales fases históricas y constructivas por las que ha ido pasando este templo en el que tanto musulmanes como cristianos han dejado su huella a lo largo del tiempo. En este reportaje, haremos un primer acercamiento a su construcción, en el que resumiremos las ampliaciones que se llevaron a cabo, si bien no incidiremos con detenimiento en los cambios producidos en cada una de ellas ya que ésos los podremos ver con mayor detalle en los reportajes correspondientes.
Los orígenes de la antigua Mezquita y actual Catedral cordobesa los tenemos en una primitiva construcción cristiana de época visigoda, la Basílica de San Vicente, de la que han llegado algunas evidencias a nuestros días. Tras la conquista de Córdoba por los musulmanes, en el año 711 d. C., esta basílica continuaría siendo cristiana hasta el año 741, momento en que el valí1 de Córdoba Balch ibn Bishr al-Qushayri (741-742) instauró una costumbre importada de Siria por la que el templo cristiano era compartido con los musulmanes, dividiéndose ambos el tiempo de celebraciones y ocupando cada uno la mitad del edificio.
Posteriormente, durante el mandato del valí Yusuf ibn Abd al-Rahman al-Fihri (747-756), cesaría esta división del templo, al expropiarlo a los cristianos e instalar en él la Mezquita Aljama2 de Córdoba. Esta expropiación parece que sólo afectó al templo, no al restos de edificios y terrenos que habían formado parte de la basílica. A continuación, se adecuó la antigua basílica cristiana como mezquita, horadando el muro Sur para situar allí el mihrab3, y se quitaron los altares y los demás símbolos cristianos. Como alminar4, se utilizó uno de los torreones del cercano Alcázar. No obstante, también hay alguna fuente que sitúa en estos años la construcción de una mezquita de la que no quedan vestigios arqueológicos en la actualidad.
El resto de los terrenos y edificios que habían formado parte del conjunto de la basílica, entre los que, al parecer, había otra iglesia, fueron comprados a finales del emirato6 de Abd al-Rahman I (756-788). Algunos de los restos de estas otras construcciones del conjunto basilical aparecieron en el Patio de los Naranjos durante las excavaciones que Félix Hernández Giménez (Barcelona, 1889-Córdoba, 1975), Arquitecto Conservador de Monumentos de la Sexta Zona, llevó a cabo entre 1934 y 1936.
Actualmente, se cree que tanto la basílica como los demás edificios que fueron demolidos para construir la primitiva Mezquita formaban parte del complejo episcopal8 de Córdoba. Era éste un conjunto de edificios que solía haber entonces en aquellas ciudades que eran cabeza de diócesis y estaba formado por basílica, baptisterio9 y palacio episcopal Palacio Episcopal, además de otras construcciones de uso civil. De hecho, en el año 2020, se iniciaron unas excavaciones en el Patio de los Naranjos en las que aparecieron los restos de un complejo episcopal de los siglos V, VI y VII d. C.
Tras la adquisición de Abd al-Rahman I de los terrenos basilicales, se debió de demoler toda construcción existente para levantar la que sería Mezquita Aljama de la ciudad, reutilizando para ello algunos materiales romanos y visigodos de otros edificios. Al Norte, quedaría el patio, mientras que al Sur, estaría el oratorio; esta orientación, en lugar de hacerlo hacia La Meca, se pudo deber a la inestabilidad del terreno que, no lo olvidemos, se encuentra cercano al río Guadalquivir.
Las fechas de construcción normalmente aceptadas son las de entre los años 786-787. Es decir, en un año –o menos: al parecer, unos diez meses–, se construyó la Mezquita fundacional. Unas duración de las obras que, quizás, tienen más que ver con el momento en el que se dio, en la Mezquita, el primer sermón (jutba) desde su mihrab.
Más adelante, entre los años 788 y 796, Hisham I, emir de Córdoba en dicho período e hijo de Abd al-Rahman I, construyó un primer alminar, un pabellón de abluciones10 y unas galerías para el rezo de las mujeres.
Varias serán las ampliaciones que ha ido teniendo la Mezquita a lo largo de los años, si bien mencionaremos aquí las más importantes. La primera la llevará a cabo el emir Abd al-Rahman II (822-852), cuando, entre los años 840 y 848, aumente las naves hacia el Sur desde la quibla11. Más tarde, el emir Muhammad I (852-856) se encargará de restaurar la fachada de la Puerta de San Esteban, de la que hablaremos más adelante, construyendo, además, la primera macsura12. Posteriormente, en el año 951 ó 952, Abd al-Rahman III, emir de Córdoba entre 912 y 929 y califa de Córdoba entre 929 y 961, amplía el patio hacia el Norte, levanta un alminar nuevo (que hoy se encuentra dentro de la actual torre-campanario) y reforma la fachada del oratorio que hay en el patio. La segunda, realizada entre los años 962 y 965, corresponderá a su hijo, el califa al-Hakam II (961-976) quien prolongará nuevamnente el oratorio hacia el Sur y construirá una cúpula en la nave central con la que se marcará dónde estaba el mihrab de Abd al-Rahman II. Finalmente, la tercera y última ampliación se llevará a cabo en el año 988, en tiempos del califa Hisham II (976-1009), de la mano de quien fue su hayib17 entre los años 967 y 1002, Almanzor, duplicando prácticamente su tamaño.
El 29 de junio de 1236, año en que Fernando III “el Santo” reconquista la ciudad, se procederá a la Dedicación de la Catedral, pasando la Mezquita a ser templo cristiano y construyéndose en su interior numerosas capillas. En el siglo XV, en particular, en el año 1489, siendo obispo de Córdoba don Íñigo Manrique de Lara (1485-1496), se levantará la Capilla Mayor, y ya entre los siglos XVI y XVII, se construirá la que hoy es el Corazón de la Catedral. Las obras empezaron en el año 1523, siendo obispo de Córdoba don Alonso Manrique de Lara (1516-1523), y finalizaron en 1607, durante el obispado de don Diego de Mardones (1607-1624).
Como hemos dicho, todas estas fases históricas y sus ampliaciones las iremos viendo con mayor detenimiento en cada uno de los reportajes correspondientes.
En esta página, haremos un recorrido por la parte exterior de la Catedral-Mezquita, es decir, iremos viendo una a una todas las puertas que componen cada uno de los cuatro muros que cierran el conjunto religioso, así como algunos otros elementos de interés que hay adosados a ellos. Este recinto, realizado en piedra caliza y rematado por almenas19 escalonadas de tipo sirio, cuenta con un total de 20 puertas, varias reconstruidas y restauradas ya en época moderna; mientras que algunas de ellas sirven de acceso al Patio de los Naranjos, gran parte del resto fueron tapiadas durante el siglo XIII, usándose como fondo de las capillas cristianas.
El conjunto de la Catedral-Mezquita fue declarado por la UNESCO Monumento Patrimonio de la Humanidad en el año 1984.
Localización: Ocupa una manzana entre las calles del Cardenal Herrero, de Torrijos, del Corregidor Luis de la Cerda y del Magistral González Francés. Calle del Cardenal Herrero, 1. 14003 Córdoba.
Exterior y puertas de la Catedral - Mezquita
Comenzaremos nuestro recorrido por el exterior de la Mezquita por la Puerta del Perdón, abierta en el muro Septentrional, o Norte, al lado de la Torre-Campanario de la Catedral, dentro de la cual se encuentran, embutidos en la piedra, los restos del antiguo Alminar de la Mezquita. Considerada siempre como la principal puerta de la Catedral –y aunque por ella circula todo tipo de personas–, en lo referente a ceremonias Catedralicias, su uso estaba restringido a la entrada del obispo al tomar posesión de su sede; al paso de su cadáver, tanto para sus funerales como para su entierro; a la entrada del rey, con ocasión de su visita al templo; o al paso del Concejo22 de Córdoba, con motivo de su asistencia a actos religiosos. Igualmente, aunque ya fuera del protocolo de la Catedral, era por ella por donde entraban las procesiones al templo, mientras que la salida estaba por la Puerta de Santa Catalina.
Conforme a la incompleta inscripción existente sobre el arco apuntado23 y que podemos leer en la página 606 del libro “La Catedral de Córdoba”, de Manuel Nieto Cumplido –a nuestro juicio, la obra más completa que se ha escrito sobre este templo–, la puerta se construyó en marzo de 1377.
(Texto faltante) “DEL MES DE MARCO DE LA ERA DE CESAR DE MILL ET QUATROCIENTOS ET QUINZE (*) AN / NOS RREYNA TE EL MUY ALTO ET PODERO DON ENRRIQUE REY DE CASTILLA ET FIIO DEL MUY ALTO REY DON ALFONSO” (texto faltante)
(*) El año “Era de MILL ET QUATROCIENTOS ET QUINZE” (1415) corresponde al de 1377 ya que la Era Hispánica, o Era del César, comienza en el año 38 a. C., conforme a lo decretado por el reino visigodo de Toledo y que, según algunas fuentes, puede corresponder a la Era Hispánica decretada por Octavio Augusto, emperador romano entre los años 27 a. C. y 14 d. C., tras la pacificación oficial de Hispania.
La Puerta del Perdón está formada por dos arcos de herradura24 apuntados (túmidos30) dispuestos en paralelo y separados por el espacio necesario para acoger las puertas al abrirlas. Este espacio está cubierto por una bóveda de cañón31 realizada durante las reformas que se realizaron en la puerta siendo obispo don Pedro de Salazar y Góngora (1738-1742). En la fachada exterior, en las enjutas32 del arco, se hallan sendos escudos de Castilla y Portugal. El alfiz está decorado con unos atauriques38 de yeso que recuerdan a algunos utilizados en los Reales Alcázares de Sevilla.
Rodeando el alfiz por su lateral izquierdo y su parte superior, se encuentra la siguiente inscripción en latín procedente del Breviario Romano:
“Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros”
Por el lateral derecho, había otra oración, hoy incompleta, de la que aún puede leerse:
“[...] lucem […] concede perpetuam. Per dominum nostrum iesum Xpistum fil”
Pasemos ahora a la parte superior del arco. Ahí, veremos tres arquillos polilobulados39 en los que hay pinturas realizadas en el siglo XVII por Antonio del Castillo Saavedra (Córdoba, 1616-1668) y restauradas a finales del siglo XVIII por Antonio Álvarez Torrado (¿?, ca. 1734-Córdoba, 1806). La imagen del centro es la de Nuestra Señora de la Asunción –recordemos que la Catedral de Córdoba está dedicada a la Virgen María bajo la advocación41 de la Asunción– y a los lados, están las de los arcángeles San Miguel y San Rafael. En los vanos42 ciegos polilobulares de los laterales, se encontraban las pinturas, igualmente obra de Antonio del Castillo, de los patronos de Córdoba, San Acisclo y Santa Victoria, y de San Pedro y San Pablo, en recuerdo de la reconquista cristiana de Córdoba el 29 de junio de 1236, día en el que se celebra la festividad de estos dos últimos santos.
Sobre los arcos, hay un altorrelieve43 del Padre que corresponde a una reforma hecha en el siglo XVII.
Tras cruzar ambos, vemos, a la izquierda y dispuestos en perpendicular a los de la entrada, otros dos arcos de igual factura, aunque sin decoración; a la derecha, hay un tercero, también sin decoración y ciego; y al frente, pudo haber otros dos, paralelos a los de la entrada, que debieron de desaparecer durante la reforma del siglo XVII (en 1659), al cubrirse el antiguo alminar.
El espacio central delimitado por estos arcos se cubría en el siglo XVII por una linterna44 de ladrillo –que posteriormente, durante la reforma de 1740, se rehízo con una cúpula barroca45– y el escudo del obispo en su cornisa, apoyada sobre pechinas con los cuatro evangelistas, así como otra linterna en su centro.
Este conjunto arquitectónico ha tenido diferentes reformas a lo largo de su historia. Así, a mediados del siglo XVII, durante la intervención de refuerzo de la torre-campanario llevadas a cabo entre los años 1656-1660, además de rehacer el cuerpo superior del conjunto, se levantó una escalera de acceso al campanario entre los dos arcos de su lateral Este (a la izquierda, según entramos desde la calle), se instaló la vivienda del campanero, se alzó un campanario provisional y desaparecieron los arcos paralelos del lateral Sur (el que se abre al Patio de los Naranjos), al situar en este espacio un arco de descarga de dicha torre. En esta última fachada, también se abrió un balcón al anterior patio, el cual, desde el siglo XVIII, se halla decorada con una figura de San Miguel Arcángel.
Antes de seguir, observaremos las hojas de las puertas, recubiertas enteramente por láminas de bronce, siendo los aldabones47 una copia de los de la antigua Mezquita de Sevilla. Al otro lado, hay un pequeño vestíbulo que nos da acceso al Patio de los Naranjos y que en el siglo XVII fue cubierto con una bóveda decorada con yeserías48 en estilo barroco, en la que destaca el escudo del por entonces Obispo don Pedro de Salazar y Góngora.
Como dato curioso, podemos decir que esta puerta recibe su nombre por ser el lugar donde, delante de ella, el cabildo49 catedralicio perdonaba públicamente a los ciudadanos que no hubiesen pagado los diezmos50 a la Iglesia. Además, también podían obtener algunas dispensas en las obligaciones religiosas si besaban una cruz de piedra que hay en el vestíbulo que forma el interior de la propia puerta. 
Adosada a la Puerta del Perdón está la Torre-Campanario de la Catedral. Ésta tuvo su origen en el alminar construido por Abd al-Rahman III entre los años 951 y 953. Éste era de planta cuadrada, levantado con sillares de piedra y estaba formado por un cuerpo en el que había dos escaleras, separadas por un muro, que se juntaban en la parte superior hasta llegar a la azotea. En los muros Norte y Sur, había cuatro arcos gemelos, mientras que en los lados Este y Oeste, había ventanas triples. La parte de arriba estaba decorada con un friso51 de arcos ciegos y rematada con almenas. Sobre este primer cuerpo, había uno más pequeño que albergaba la estancia de los almuédanos. Este otro cuerpo quedaba rematado por tres bolas, una plateada y dos doradas, ensartadas en una vara, todo ello de cobre y coronado por una granada dorada. En cuanto a la decoración, el exterior estaba cubierto con diferentes motivos pictóricos, inscripciones y dorados.
Tras la Dedicación de la Catedral, en 1236, hay información escrita sobre el campanero de la Catedral desde 1249, año en que se regula su remuneración. Más adelante, ya a partir del siglo XIV, en particular desde el año 1360, hay imágenes, plásticas o gráficas, sobre el uso del antiguo alminar como campanario. Del siglo XV, en concreto del año 1495, es la inscripción más antigua conservada acerca de esta utilización, conforme al texto grabado en una de las campanas del reloj:
”Año de MCCCXCV años se fizo esta campana siendo obispo don Iñigo Manrique”
En el año 1543, Hernán Ruiz I (Córdoba, ca. 1475-1547), apodado como “el Viejo”, comienza las primeras obras para reformar el antiguo alminar como torre. Más adelante, en 1593, será su nieto, Hernán Ruiz III (Córdoba, 1534-Arcos de la Frontera, Cádiz, 1606), quien se encargue de las que servirían para consolidar el alminar, el cual estaba en un estado de casi ruina. Tras el derribo de su segundo cuerpo y parte del primero, elevar el nuevo campanario y situar las campanas en su lugar, muere en 1606 Hernán Ruiz III, haciéndose cargo de la terminación de las obras Juan Sequero de la Matilla. Con Sequero, y siendo obispo de Córdoba don Diego de Mardones (1607-1624), se terminará la escalera de acceso al cuerpo del reloj, construido de ladrillo y que estará rematado por una cúpula de media naranja, además de ser reforzado con cuatro pilares en los ángulos. También se colocarán aquí cuatro escudos del obispo, de los que hoy sólo quedan dos.
Sin embargo, esta reforma no fue suficiente, y en 1636, el maestro mayor de la Fábrica63, Sebastián Vidal, comunica al cabildo Catedralicio el estado de ruina de la torre.
Habría que esperar hasta el año 1656 para acometer las obras principales de refuerzo de la torre, ya bajo la dirección de Gaspar de la Peña, maestro mayor de obras de Su Majestad. No obstante, debido al estado de cuentas de la Catedral, sólo se reformaron los laterales Sur y Oeste con una nueva cimentación de piedra, un nuevo zócalo, el relleno de los huecos de las escaleras y el cierre de las antiguas puertas del alminar. Esta obra duró sólo dos años.
Los costados Norte y Este se reforzaron en una nueva obra, también a cargo de Gaspar de la Peña, iniciada en 1659. Ésta llevó a la sustitución de los dos arcos gemelos de la Puerta del Perdón que dan al Patio de los Naranjos. Es entonces cuando se construye un nuevo cuerpo, sobre el que va la imagen de San Rafael. La escultura, colocada allí el 24 de mayo de 1669, es atribuida por algunos expertos a Pedro de Paz y Bernabé Gómez del Río, mientras que otros la identifican como una obra de Gabriel de Oña. La torre-campanrio alcanza entonces la altura de 54 metros.
En el año 1755, el terremoto que tuvo lugar en Lisboa afectó seriamente a la estructura de la torre, por lo que tuvo que ser consolidada y reedificada en unas obras que se prolongaron hasta 1763.
Como recuerdo de este suceso y de las obras de consolidación, se colocó la siguiente placa de mármol rosado en el cuerpo de campanas:
“Esta torre, celebre por su preciosa arquitectura
estuvo para arruinarse con los estremecimien
tos i baibenes del gran terremoto padecido en
esta Ciudad a las diez del dia primero de No
viembre de 1755 i habiendo quedado
toda ella mui quebrantada aviertas sus
principales clabes i sin muchos adornos
que se desplomaron se emprendio i siguio su re
edificación con quanto acierto felicidad i firme
za cabe en el art i se acavo el dia de la Asump
cion de Maria Santisima titular de esta San
ta Iglesia a 15 de Agosto de 1763 siendo dignissimo
obispo de ella el Illuistrisimo Sr don Martin de
Barcia, su Dean64 el Sr. Dr. D. Francisco Xavier Fernan
dez de Cordova i su Obrero Maios el Sr. Dr. D.
Pedro de Cabrera i Cardenas canonigo
Empezo i conluio esta obra el Maestro pri
mero de Albañileria de la Fabrica Luis de
Aguilar”.
También, como recuerdo de la obra, se colocó el escudo del obispo don Martín Barcia Carrascal (1756-1771) sobre el barandal del cuerpo del reloj.
Tras las diversas reformas sucedidas a lo largo de los siglos, el actual aspecto de la torre-campanario lo adquirió en el siglo XVII, tras la intervención de Hernán Ruiz III. De planta rectangular, en el interior del cuerpo inferior, de piedra, se encuentran los restos del antiguo alminar, En el tercer cuerpo, está instalado el campanario, con un total de doce campanas con diferentes tamaños y tonos; de ellas, es famosa la Campana de Santa María, llamada “La Gorda” –fundida en el año 1517, tiene 1,78 metros de diámetro y pesa más de 3,2 toneladas (3.265 kg)–.
En el cuarto cuerpo, están el reloj, la matraca68 y las dos campanas que tocan las horas. El último cuerpo, coronado con la figura de San Rafael, es el más pequeño y el que varía su forma de cuadrada a circular. 
Si contemplamos esta pequeña torre adosada al muro Norte de la Mezquita, es difícil que imaginemos que su función era la de proteger, facilitar el acceso y servir de ventilación al Arca de las aguas de la Fábrica: un aljibe del siglo XVIII, construido durante el obispado de don Pedro de Salazar y Góngora (1738-1742), desde el que se distribuía el agua a las casas y edificios de las inmediaciones.
Esta construcción, de planta cuadrada y con forma de prisma realizada en ladrillo, está formada por dos cuerpos superpuestos divididos por una cornisa y con pilastras en las esquinas de ambos. Las pilastras inferiores sustentan un frontón9 partido sobre el que se levantan unos vanos ciegos –o abiertos para la ventilación del aljibe– existentes en el cuerpo superior y que aparecen rematados por frontones rebajados. Finalmente, una cúpula culmina el conjunto.
En su parte superior, se encuentra (o se encontraba) la caldera de bronce que servía de distribuidor del agua. Ésta tenía diversas cisuras70, debiendo de mantenerse el nivel del agua a una cuarta71 por encima de ellas, con el fin de asegurar la presión necesaria para su adecuada distribución. El agua sobrante era conducida, mediante dos rebosaderos74, al Patio de los Naranjos y al Palacio del Obispo. 
Rodeamos la esquina y comenzamos ahora el recorrido del muro Occidental, u Oeste, de la Mezquita. La primera entrada que encontramos es el Postigo de la Leche, nombre que, tradicionalmente, se asocia a los niños expósitos75 que, en otras épocas, eran recogidos por el cabildo. Según vemos en la página 612 de “La Catedral de Córdoba”, de Nieto Cumplido, el texto más antiguo referente a esta práctica –aunque sin precisar de que puerta se trata– es un acta del año 1510 en la que se lee:
“En este dicho día los señores canónigos, exercientes la jurisdicion ordinaria, mandaron dar un mandamiento de un cafiz76 de trigo de la fazienda del señor obispo, que santa gloria aya, para que lo den a una ama que cría un niño que el dicho señor obispo le mandó criar, el qual tomó de la puerta de la iglesia”.
Decorada en piedra en un estilo entre el Renacimiento77 y el Gótico78, su autoría se la debemos al arquitecto Hernán Ruiz I, quien, entre los años 1510 y 1516, reformó también las arcadas de las galerías, por lo que pudieron coincidir ambas obras.
La estructura está formada por dos cuerpos, siendo el primero un vano adintelado83 decorado con molduras que forman un arco conopial85 enmarcado con un alfiz y sobre el que hay un florón89 centrado. Sobre el vano, y aún en este cuerpo, hay otro arco conopial con molduras que desemboca en una cornisa. Encima de ésta, se encuentra el segundo cuerpo, formado por un arco de medio punto90 ciego, más ancho que la entrada de abajo. Destaca de él el juego curvo de las molduras internas.
Es la primera puerta del muro Occidental por la que se puede acceder al Patio de los Naranjos. 
La siguiente entrada al Patio de los Naranjos ubicada en este muro es la Puerta de los Deanes. Esta puerta, la tercera en importancia de las que dan al Patio de los Naranjos desde la calle, tenía asociados, según la fuente a consultar, distintos ceremoniales.
Así, por un lado, podemos leer que su nombre lo recibe por ser éste el acceso a través del cual los deanes entraban a la Catedral para tomar posesión de su nuevo cargo. En ella, esperaban a los miembros del cabildo, que lo llevaban al interior del templo para investirlo como deán catedralicio.
Pero, según otras fuentes, tenemos que el único ceremonial a ella asociado era la salida, en silencio, de canónigos y servidores de la Catedral cuando iban al Palacio del Obispo a recoger el cuerpo del obispo fallecido.
Su estructura externa corresponde a la remodelación realizada en el siglo XIV y está formada por un dintel adovelado91 y un arco de descarga con forma de falsa herradura ya que se encuentra cegado justo en la curvatura del propio arco. En la parte superior, se sitúa una cornisa rematada con adornos como si estuviera almenada.
En cambio, su cara interna, que da al patio, es la original que se ha conservado hasta nuestros días, llegando algunos autores a afirmar que puede tratarse de la entrada al patio de la primitiva Mezquita de Abd al-Rahman I. 
A continuación, tenemos la Puerta de los Visires, o de San Sebastián, nombre este último que aparece en el grabado que hay en el suelo, frente a la propia puerta, y que lo toma del vecino Hospital de San Sebastián. Sin embargo, a pesar de ser éstos sus nombres, popularmente es conocida como Puerta de San Esteban, un error procedente de la obra de 1866 “Descripción de la Iglesia Catedral de Córdoba”, de Luis María Ramírez de las Casas-Deza (Córdoba, 1802-1874), y que fue repetido por Rodrigo Amador de los Ríos (Madrid, 1849-1917) en “Inscripciones Árabes de Córdoba”, de 1879.
Es esta puerta la más antigua de la Mezquita y, quizás, como podemos leer en la página 98 de “La Catedral de Córdoba”, de Manuel Nieto Cumplido, es la fachada hispanomusulmana de mayor antigüedad que se ha conservado hasta la fecha actual.
Se trata de la entrada por la que se accedía, desde la calle, al oratorio de la Mezquita de Abd al-Rahman I, dando al centro del mismo, por lo que está fechada, como la anterior, en el siglo VIII, si bien sufrió una importante reforma en el siglo IX, en tiempos de Muhammad I, emir de Córdoba entre los años 852 y 886, momento en el que se añadirían a ella los motivos ornamentales. Esto queda patente gracias a la inscripción que hay en el arco y que señala el año 855 d. C. como fecha de estos añadidos. Es ésta la inscripción árabe más antigua de la Mezquita.
“Mandó el príncipe, -¡Allah sea generoso con él!-, Muhammad ibn 'Abd al-Rahman la edificación de lo que se renovó de esta mezquita y su consolidación, esperando la recompensa ultraterrena de Allah por ello. Y se terminó aquello en el año uno y cuarenta y doscientos (*), con la bendición de Allah y Su ayuda, bajo la dirección de Masrur, su fatà”.
(*) Año 855 u 856 d. C.
Su estructura la forma un vano adintelado sobre el que hay un arco de herradura ciego en el que se alternan las dovelas, con motivos vegetales, y grupos de ladrillos colocados de canto. A los dos lados de la puerta, hay sendas ventanas cerradas con celosías94 de mármol blanco, de las que algunos autores afirman que son reutilizadas de la antigua Basílica de San Vicente. Remata todo el conjunto, en la parte superior, un tejaroz95 de piedra sustentado por modillones96 y sobre el que hay una serie de almenas escalonadas.
En época cristiana, fue enlucida97 por completo, mientras que ya en el siglo XIX, las sucesivas restauraciones hicieron que perdiera gran parte de su aspecto original. Sin embargo, aún es posible ver en su parte exterior numerosos restos de los atauriques que la decoraban antaño. Los modillones constituyen el elemento decorativo principal de los aleros de los tejados de esta fachada; si bien son de época de Abd al-Rahman III, algunos de ellos fueron repuestos a lo largo del segundo tercio del siglo XV con ornamentación gótica.
Tras la puerta, se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de las Nieves y San Vicente Mártir. 
Nuestra siguiente parada será frente a la Puerta de San Miguel, llamada así por la primera capilla que hubo tras ella, y también conocida como de los Obispos; está situada en lo que ya sería la ampliación que de la Mezquita hizo Abd al-Rahman II. Sigue la misma estructura que la ya vista Puerta de San Esteban, si bien ésta de San Miguel es de un tamaño ligeramente inferior, algo que podemos apreciar con mayor nitidez si observamos bien el arco. En esta ocasión, no se ha conservado la ornamentación de ataurique, además de carecer igualmente del tejaroz de la parte superior.
Los adornos del arco fueron añadidos en el siglo X. En el centro de este mismo arco, vemos el escudo del ya mencionado obispo don Juan Daza, el cual fue incluido en el siglo XVI, momento en que también se incorporó el alfiz de estilo gótico a la estructura de la puerta. Cabe apuntar, asimismo, que ya en tiempos de 'Abd Allah I, emir de Córdoba entre 888 y 912, se construyó un sabat98 para unir la macsura con el alcázar árabe (donde hoy está el Palacio Episcopal). Este paso estaba por encima de la calle pública que había en ese mismo trayecto. De este modo, diversos expertos han ubicado el comienzo de este sabat en la Puerta de San Miguel, si bien no hay que confundirlo con el que se construyó más adelante bajo el mandato de al-Hakam II. El que citamos aquí no continuaba dentro de la sala de oraciones y el motivo de su construcción se dice que fue el hecho de que cuando 'Abd Allah I iba a la Mezquita, los fieles que estaban rezando se levantaban, interrumpiendo así sus oraciones, por lo cual se decidió realizar dicho sabat.
Por ello, hay disparidad de opiniones con respecto a la fecha de construcción de la puerta, estableciendo algunas fuentes que ésta proviene de tiempos del emir 'Abd Allah I, mientras que otras, dado el gran tamaño que quedó de la Sala de Oración tras la ampliación de Abd al-Rahman II, establecen que fue durante esta obra cuando se construyó. 
Y entramos ya en la parte correspondiente a la ampliación de al-Hakam II, comenzando por la Puerta del Espíritu Santo, nombre tomado por estar situada junto a la Capilla del Espíritu Santo, San Pedro Mártir de Verona, San Lorenzo y San Pedro Apóstol. Se trata de una de las más bellas puertas en lo que a composición se refiere. El vano se compone de un arco de herradura ciego que sirve de descarga y que se encuentra enmarcado por un alfiz. Sobre él, hay un conjunto de arquillos, también de herradura e igualmente ciegos, si bien éstos se encuentran entrelazados. Cada uno de ellos está decorado en su interior con distintos motivos geométricos pintados. A cada lado de la puerta, hay dos pequeñas ventanas cubiertas con celosías; vanos que se abren en sendos arcos polilobulados, en los que destaca su profusa decoración geométrica, detalle que se repite en todo el conjunto de la puerta.
Cabe mencionar que este acceso estuvo tapiado hasta comienzos del siglo XX, momento en que la Mezquita fue restaurada por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (Burgos, 1843-Madrid, 1923) con la ayuda del escultor Mateo Inurria (Córdoba, 1867-Madrid, 1924). Como consecuencia de ello, gran parte del aspecto actual de esta puerta procede de dicha intervención, quedando, en el tímpano99, una única inscripción original, procedente del Corán:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Que perdona el pecado, acepta el arrepentimiento, es terrible en el castigo y Extenso. No hay Dios sino Él. A Él conduce el Porvenir [...]”.
En cambio, en las cartelas100 hay otra inscripción de principios del siglo XX, también en caracteres cúficos101. En ella, podemos leer:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: Mandó el rey Alfonso (1) b. Alfonso (2) -¡Allah le fortalezca y ayude!- al ministro Faustino Rodríguez San Pedro la restauración de la fachada de esta puerta, y se hizo bajo la dirección del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, y se terminó con el auxilio de Allah en el año cuatro y novecientos mil (3) de Jesús”.
(1) Alfonso XIII.
(2) Alfonso XII.
Lo sigue el llamado Postigo de Palacio, también conocido como Puerta de la Paloma (animal sagrado para los musulmanes), o de San Pedro, por estar cerca de la Capilla del Espíritu Santo, San Pedro Mártir de Verona, San Lorenzo y San Pedro Apóstol. En él, tenemos uno de los ejemplos más evidentes de la mezcla de estructuras musulmanas y cristianas. El arco de herradura y el alfiz en el que se enmarca se encuentran adornados con motivos de estilo gótico realizados, quizás, en tiempos de don Pedro de Córdoba y Solier, obispo de Córdoba entre los años 1465 y 1476.
A ambos lados del postigo, se abren sendos vanos, estando el de la izquierda (según nos situamos frente a la puerta) cubierto por unas rejas, mientras que el de la derecha lo está por una celosía de formas geométricas.
En el tímpano del arco, hay otra inscripción original coránica:
“[...] A Dios, el Altísimo, el Grande, pertenece el Juicio. Él es Quien os muestra sus aleyas102 y os hace descender el sustento desde el cielo. Pero no medita más que quien se arrepiente. Rogad (a Dios, dedicándole el culto, aunque repugne a los infieles)”.
Según leemos en la en la página 264 del libro “La Catedral de Córdoba”, de Manuel Nieto Cumplido, esta puerta tiene una mayor altura en su centro, por lo que debió de tener ahí alguna pieza diferente a las que tienen las otras dos puertas de la ampliación de al-Hakam II: la del Espíritu Santo y la de San Ildefonso. La cuarta puerta, la del Sabat, formaba parte de este pasadizo. 
La Puerta de San Ildefonso, o Puerta de la ampliación de al-Hakam II, estuvo tapada por un edificio adyacente desde 1741 a 1900, siendo seguramente éste uno de los motivos de que haya conservado gran parte de los elementos que la forman.
Como podemos leer en la página 264 del libro “La Catedral de Córdoba”, de Nieto Cumplido, en el momento de su restauración por Velázquez Bosco, en 1904, conservaba las jambas, las impostas, el dintel abovedado junto a la decoración de éste, parte de la decoración del tímpano y casi toda la del alfiz, la mayoría de las ménsulas del arco, los vanos ciegos y las dovelas decoradas, los arcos pentalobulados, etc. El restaurador sólo tuvo que añadir los arcos ciegos entrecruzados y la decoración de éstos.
Tras esta puerta, estuvo situada la antigua librería y, junto a ella, la antigua Capilla de San Ildefonso, de ahí su nombre. Actualmente, en el lugar de ambas dependencias, se halla el Museo Visigodo de San Vicente.
En las cartelas, en caracteres cúficos, se lee la siguiente inscripción de principios del siglo XX:
“En el nombre de Allah, todopoderoso: Mandó el rey Alfonso (1) b. Alfonso (2) -¡Allah le fortalezca y ayude!- al ministro Lorenzo Domínguez Pascual la restauración de la fachada de esta puerta, y se hizo bajo la dirección del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, y se terminó con el auxilio de Allah en el año cuatro y novecientos mil (3) del Mesías.”
(1) Alfonso XIII.
(2) Alfonso XII.
Y llegamos a la última portada de este muro Occidental: la Puerta del Sabat. Ya hablamos anteriormente del sabat que mandó construir 'Abd Allah I en el siglo IX. Pues bien, en esta ocasión, se trata del construido bajo el mandato de al-Hakam II (concretamente entre los años 970 y 972) y que, igualmente, unía la Mezquita con el alcázar musulmán. Éste estaba formado por una especie de puente apoyado en tres arcos –aunque hay fuentes que indican cinco arcos– y que cruzaba la calle que mediaba entre los dos edificios, dejando así el paso libre por ella a los demás transeúntes. Contaba con dos pisos: el primero era usado exclusivamente por el califa y el personal masculino de la casa real; el segundo estaba destinado a las mujeres y los niños. De este modo, la puerta que tenemos aquí es la correspondiente al primer piso, mientras que el hueco del segundo aparece tapado en la parte exterior al haber sido cubierto con una capa de sillares.
A diferencia del sabat de 'Abd Allah I, éste sí que continuaba dentro de la Mezquita, tras el muro de la alquibla103. En su interior, contaba con ocho puertas, de las que se conservan las cuatro correspondientes a la parte interna de la Mezquita y la puerta que unía esta parte interna del sabat con la del exterior, que es la que vemos en la fotografía y que carece de cualquier elemento ornamental. Tras esta última puerta, actualmente (enero de 2025), se encuentra el Museo Visigodo de San Vicente. Las cinco dependencias a las que se abren las cuatro puertas interiores antes citadas contaban con una ventana al lateral Sur de la Mezquita, hoy convertidas en puertas de los balcones allí situados.
Por encima de estas dependencias, hay otra planta superior –el piso destinado a las mujeres y los niños antes mencionado–, también compartimentada en estancias y con ventanas al lateral Sur. Durante el siglo XIV, fue utilizada como Sala Capitular, mientras que hoy contiene el Archivo Catedralicio y la Biblioteca.
El tramo exterior del sabat se derribó en 1617, siendo obispo de Córdoba, entre 1607 y 1624, don Diego de Mardones. 
Al llegar hasta la esquina Suroeste y girar en ella hacia el Este para entrar en la calle Corregidor Luis de la Cerda, nos situamos en el muro Sur del edificio, el único que no cuenta con ninguna puerta.
El primer elemento de este lateral que recabará nuestra atención, dentro de la ampliación de al-Hakam II, será las tres Arcadas superpuestas dispuestas entre los estribos situados entre la esquina Sudoeste y el saliente del mihrab. Están formadas cada una de ellas por cinco arcos construidos en el siglo XVIII, siendo obispo de Córdoba, entre 1738 y 1742, don Pedro de Salazar y Góngora, con el fin de dar mejor iluminación a la Biblioteca y a otras oficinas allí existentes. Las dos series de arcos superiores cuentan con un balcón en cada uno de ellos con entrada independiente. Sobre estas entradas, en los cinco arcos intermedios, aparece una sucesión de escudos pintados en los que se van alternando los pertenecientes a la Catedral y los de don Pedro de Salazar y Góngora. No obstante, según otra fuente, estos arcos fueron construidos en tiempos de don Diego de Mardones, obispo de Córdoba entre 1607 y 1624, siendo su escudo el que se intercala entre los de la Catedral.
Esta parte del muro Sur fue restaurada en los años 1852 y 1986. 

Hornacina de Nuestra Señora del Pilar. Foto cedida amablemente por el Centro de Estudios Borjanos.
Antes de continuar, vemos aquí otro elemento de interés situado en el estribo que separa las arcadas tercera y cuarta, y a la altura de la inferior. Se trata de la Hornacina de Nuestra Señora del Pilar, colocada aquí el 8 de diciembre de 1740. Conocida popularmente como Virgen de los caminantes, el nombre lo toma de las plegarías que a ella dirigían todos aquéllos que entraban o salían de Córdoba a través de la Puerta del Puente.
La hornacina, rematada con una venera104 y enmarcada entre columnas y bajo un frontón curvo partido con una cruz en su centro, fue costeada por la Catedral, mientras que de la imagen, la reja y el cristal se encargó don Manuel Esparza, administrador del puente.
La imagen actual, de 1938, es obra del escultor e imaginero Amadeo Ruiz Olmos (Benetúser, Valencia, 1913-Madrid, 1993) y fue restaurada en 1990 por el escultor e imaginero Miguel Arjona Navarro (Córdoba, 1933-2012) tras ser robada en abril de 1988 y recuperada en julio del mismo año. La hornacina fue restaurada en el año 2013. 
Seguimos caminando hacia el Este y pasamos, primero, por delante del muro saliente tras el que se encuentra el mihrab y, después, por el espacio de la Capilla del Cardenal Salazar. Tras esta última, podemos fijarnos en el tercer contrafuerte, de mayor anchura que los otros, en el que se unen la ampliación de al-Hakam II con la de Almanzor. Continuamos el recorrido hasta la esquina Sudeste y pasaremos por un Balcón de estilo plateresco105, construido en piedra durante el siglo XVI y que, conforme a algunas fuentes, se cree que fue obra de Hernán Ruiz III.
Este balcón formaba parte de la antigua Capilla Real de San Clemente, construida en 1262, lugar de celebración de las sesiones capitulares por parte del cabildo desde mediados del siglo XIV hasta principios del XIX. Desde 1932, se convirtió en un espacio museístico que ha derivado en el actual Museo de San Clemente. 
Una vez dejado atrás dicho balcón, ya sólo nos queda pasar junto a un retablo de jaspe rojo situado entre una doble pilastra de piedra, bajo un frontón partido en el que se encuentran las imágenes de las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y la inscripción latina “Fides vincit” (“La Fe vence”). En el retablo, aparecen esculpidos un altar y una Custodia106, señalándonos de esta manera que nos encontramos en el lugar que, en su parte interna, corresponde al Sagrario107.
Como podemos leer en la página 128 del libro “La Mezquita Catedral de Córdoba”, de Miguel Salcedo Hierro (2000), la imagen de la custodia corresponde a la valiosa obra donada por don Marcelino Siuri, obispo de Córdoba entre 1717 y 1731, y que durante la Guerra de Independencia Española (1808-1814), tras ser “confiscada” por las tropas napoleónicas, no volvió a saberse nada de ella.
En algunas épocas, este punto ha sido estación de penitencia durante la Semana Santa.
Estación de penitencia es la procesión que realizan algunas hermandades y cofradías durante Semana Santa y que consiste en recorrer las calles de la ciudad a la que pertenezcan haciendo parada en al menos un templo –de no realizar dicha parada, sería más correcto hablar de procesión de penitencia–. Éste es el caso de Córdoba, donde su Catedral suele ser uno de los templos en los que se produce dicha estación. 
Tras llegar a la esquina Sureste de la Catedral, giramos hacia el Norte y entramos en la calle Magistral González Francés, donde tenemos la fachada Oriental de la edificación, la cual delimita la ampliación de Almanzor. Esta fachada tiene un total de nueve puertas: dos dan al Patio de los Naranjos y siete, a la Sala de Oración. De estas últimas, situadas entre todos los contrafuertes del muro, a diferencia de las del sector Occidental, sólo fueron restauradas cinco, quedando sin intervención las dos ubicadas más al Sur, cerca de la esquina que acabamos de pasar. La restauración se llevó a cabo a partir de 1908 –o 1913, según la fuente a consultar– y fue otra obra del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco y del escultor Mateo Inurria.
Aunque Velázquez Bosco ha sido posteriormente criticado en algunas ocasiones al juzgar que fueron demasiados los elementos o las zonas por él rehechas, hay que decir, en su descargo, que, antes de llevar a cabo alguna obra, estudiaba los propios restos que quedaban en las puertas: en la Puerta del Tesoro o Puerta del Chocolate, una de las entradas de la ampliación de al-Hakam II que quedó dentro de la Sala de Oración tras la ampliación de Almanzor, en el lateral Este de la quibla; en todas las imágenes, dibujos y fotografías que podía conseguir; y recababa cuantos testimonios podía de los recuerdos almacenados en la memoria colectiva de las gentes de la ciudad de Córdoba.
Además, cuando, a pesar de todo ello, le surgía una seria duda, prefería no realizar ninguna obra que pudiera resultar inadecuada. Una muestra de ello son las dos primeras puertas que hemos visto en este lateral, las cuales prefirió no restaurar al encontrar en ellas elementos diferenciadores con respecto a las otras cinco que sí restauró y no poder obtener ninguna información de cómo eran realmente, algo que dejó perfectamente detallado por escrito en su propia memoria de las obras llevadas a cabo.
La primera que vemos es la Puerta de Jerusalén, donde podemos observar cómo el paso del tiempo y las condiciones meteorológicas han ocasionado en ella un elevado deterioro. Su estado actual (enero de 2025) puede darnos una imagen cercana al estado en el que, antes de su restauración, estaban las puertas de este lateral que dan a la Sala de Oración. Todas ellas son de composición tripartita y, antes de su restauración, conservaban el vano de la puerta y el tímpano adovelado situado sobre ésta, así como algunos restos del alfiz y, en los laterales, de los arcos ciegos y de las ventanas.
Esta puerta, además de la propia entrada y el tímpano situado sobre ella, conserva, en los laterales, los vanos de los arcos ciegos inferiores con parte de su decoración interior, así como los de los superiores, en los que permanecen las columnillas y las celosías. Es ésta, se observa la presencia de dos niveles de arcos en los laterales, una novedad con respecto a las puertas del lateral Oeste, que sólo tenían uno.
La Puerta de Jerusalén está clausurada y, tras ella, se encuentra la Capilla del Sagrario, antigua Capilla de Santiago. 
La Puerta del Sagrario, o de la Magdalena, como era llamada antiguamente, es la siguiente entrada que veremos y es la otra que no fue restaurada a principios del siglo XX, por lo que presenta un estado de deterioro similar al de la anterior Puerta de Jerusalén. No obstante, en ésta, sí han permanecido los arcos geminados111 de los cuerpos laterales inferiores, junto a cinco de las seis columnillas que tenían.
Sobre el tímpano de la puerta, se halla la siguiente inscripción coránica:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Dios atestigua que no hay dios, sino Él; los ángeles y los poseedores de ciencias obrando con equidad, dicen: «No hay dios sino Él, el Poderoso, el Sabio». La religión, ante Dios, consiste en el Islam. Aquéllos a quienes se les dio el Libro no han discrepado sino después de que les vino la sabiduría, por iniquidad mutua. Quien no cree en las aleyas de Dios será castigado, pues Dios es rápido en hacer la cuenta”.
Entrando por esta puerta, a la derecha, tenemos la Capilla de la Magdalena, de ahí su antiguo nombre, y a la izquierda, la Sacristía del Sagrario, en particular, la antigua Capilla de la Resurrección, de las tres que ocupa la Sacristía. 
La siguiente puerta que vemos es la Puerta de San José, la primera de las restauradas por Velázquez Bosco y Mateo Inurria, como podemos deducir por su notable estado de conservación comparado con el que presentan la Puerta de Jerusalén y la Puerta del Sagrario, que acabamos de ver.
En ella, se ven dos claras diferencias con respecto a las puertas del muro Occidental. Por un lado, vemos cómo, al tener menor altura las puertas laterales ciegas, el espacio así ganado se ha aprovechado para situar una ventana geminada con arcos de herradura, algo inexistente en el lateral Occidental; y por otro lado, las arquerías ciegas que rematan el eje central son, en este caso, de herradura, en lugar de entrecruzadas.
En la inscripción coránica existente sobre el tímpano, se lee:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Alif, lam, mim. Dios, no hay dios sino Él, el Viviente, el Subsistente. Dios ha hecho descender sobre ti, ¡oh, Profeta!, el libro con la verdad, atestiguando los que le precedieron. Hizo descender el Pentateuco y el Evangelio, anteriormente, como guía para los hombres. Él ha hecho descender la Distinción. Ciertamente, quienes no creen en las aleyas de Dios, tendrán un castigo terrible”
Tras la puerta, se hallan, a la izquierda, la Capilla de la Natividad de Nuestra Señora, y a la derecha, la Capilla de San José, de la que toma su nombre. 
La siguiente puerta restaurada, como comprobamos al ver su estado y su gran similitud con la anterior, es la Puerta de la Concepción Antigua. Aquí, en el tercer cuerpo de la calle central, la arquería ciega tiene arcos de tipo trilobular114, en lugar de arcos de herradura como en la anterior, una alternancia que se irá repitiendo en las siguientes tres puertas.
Ésta estuvo abierta hasta el año 1568, cuando se cerró para construir la Capilla del Espíritu Santo situada detrás. Esta capilla limita, por su izquierda (al Sur), con la Capilla de la Virgen del Rosario, que anteriormente fue de Nuestra Señora de la Concepción, de ahí el nombre de la puerta; y por su derecha (al Norte), con la Capilla de Nuestra Señora de la O, de la Expectación de Nuestra Señora o de la Encarnación.
En el tímpano de la puerta, se lee la inscripción del Corán:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Di: «¡Aquéllos de mis siervos que fueron inicuos consigo mismos! ¡No desesperéis de la misericordia de Dios! Dios perdona todos los pecados. Él es el Indulgente, el Misericordioso. ¡Bástame Dios!»”
Y en el alfiz, por su parte superior, esta otra:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Esto es una comunicación para los hombres, para advertirles y para que sepan que Él es un Dios único y para que mediten los dotados de entendimiento. La bendición de Dios sea sobre Mahoma”. 
La tercera puerta restaurada por Velázquez Bosco es la Puerta de San Nicolás, que debe su nombre a la Capilla de Ihesu Verde y San Nicolás de Bari, situada tras ella, a la derecha. La que hay a su izquierda es la antes mencionada Capilla de Nuestra Señora de la O, de la Expectación de Nuestra Señora o de la Encarnación. Una vez llegados hasta aquí, nos habremos dado cuenta ya de cómo en este lateral aparece una cadencia en su ornamentación de la que carece el muro Occidental.
La repetición de monumentales puertas y de tan idénticas formas, situadas de igual manera entre los contrafuertes del muro, nos puede hacer olvidar la belleza individual de cada una de ellas, pero, a la par, nos da una imagen de conjunto de la que carece el muro Occidental.
En la inscripción coránica de su tímpano, se lee:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. ¡Siervos míos! En ese día no temáis ni os entristezcáis. Quienes creen en nuestras aleyas y son sumisos, ¡entrad en el Paraíso! Vosotros y vuestras esposas seréis honrados. Entre ellos se harán circular platos y tazones de oro; en ellos habrá lo que deseen las almas y place a los ojos; vosotros viviréis allí eternamente. La bendición de Dios sea sobre Mahoma”
Y en la del alfiz:
“Nos ha propuesto una parábola pero ha olvidado su creación. Ha dicho: «¿Quién resucitará los huesos, si están carcomidos?» Responde: «Los resucitará Quien los ha creado por primera vez». La bendición de Dios sea sobre Mahoma”.
Continuamos por la siguiente entrada, la Puerta del Baptisterio, en la que, igualmente, aparece una capilla tras ella, en este caso, la Capilla de Santa Marina, San Matías y Baptisterio. Colindantes con ésta, se encuentran, por la izquierda (el Sur), la Capilla de Ihesu Verde y San Nicolás de Bari, recién mencionada, y por la derecha (el Norte), la Capilla de San Juan Bautista.
En esta puerta, podemos ver la misma estructura de las otras tres anteriores: la agradable imagen lograda en algunas zonas en las que aparece una combinación de ladrillo y piedra; las diferentes sucesiones de distintos tipos de arcos; y las inscripciones en piedra de motivos vegetales o geométricos, en algunas, y de citas religiosas, o que recuerdan a alguna obra llevada a cabo en la Mezquita, en otras.
Merece la pena apuntar un detalle de Velázquez Bosco que quizás nos pueda ayudar a conocer un poco más sus formas de actuación. La seriedad con que emprendía sus restauraciones, la precisión de éstas y el renunciar a llevar a cabo alguna de ellas cuando no veía claro el modo de proceder no fueron obstáculos para que se permitiera un detalle que nos podría parecer contradictorio con él mismo, pero que, posiblemente, podríamos verlo más bien como otra confirmación de la seriedad de su trabajo, al no querer hacer pasar por auténtico aquéllo que no lo era. Como podemos leer en el libro “Catedrales”, de Miguel Sobrino:
“[...] conjuga el rigor documental con el desenfado, pues grabó en caracteres árabes la inscripción “en tiempos del sultán Alfonso, hijo de Alfonso”. Que sepamos, la única vez en la que a un Borbón se le ha llamado sultán, al menos públicamente”. 
Estando frente a la Puerta de San Juan, cuyo nombre lo toma de la Capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan Bautista existente tras el muro y que no hay que confundir con la antes mencionada Capilla de San Juan Bautista, hemos llegado a la última de las puertas restauradas, muy notablemente, por Velázquez Bosco y también a la última, en este lateral, de las que se abrían a la calle desde la Sala de Oración de la Mezquita.
Tras la puerta, a su izquierda, tenemos la Capilla de San Mateo y Limpia Concepción de Nuestra Señora, y a su derecha, la Capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan Bautista, de donde toma su nombre.
En la inscripción del Corán que leemos en el tímpano, pone:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Aquéllos que en pie, sentados o echados, imploran a Dios y meditan acerca de la creación de los cielos y la tierra, diciendo: «Señor nuestro: No has creado todo esto en vano. ¡Gloria a ti! ¡Presérvanos del castigo del fuego! ¡Señor nuestro! A quien Tú introduces en el fuego, le cubres de oprobio»” 
Terminamos nuestro recorrido por este lateral con las dos entradas que se abren aquí al Patio de los Naranjos y con la Fuente de Santa Catalina. La primera es la Puerta de Santa Catalina, situada enfrente de la plaza del mismo nombre y cuya denominación común proviene del cercano Convento de Santa Clara, en otros tiempos llamado de Santa Catalina, al ser entonces ésta su advocación.
Esta puerta, conforme leemos en la página 611 del libro “La Catedral de Córdoba”, de Manuel Nieto Cumplido, es la segunda en orden de importancia desde la consagración115 de la antigua Mezquita y hay constancia de su existencia desde el siglo XIII, en particular, desde el año 1268.
Ésta es la puerta destinada a las manifestaciones de orden litúrgico, devocional o popular, excepto la del Domingo de Ramos, siendo la más religiosa de todas las entradas. Desde la Edad Media, por esta puerta pasaban, entre otras, las procesiones rogativas que iban al Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, la que todos los años iba al monasterio de los mártires Acisclo y Vitoria, en la collación117 de Santiago, la del Corpus Christi, además de ser por donde salían las procesiones de Semana Santa que tenían estación de penitencia en la Catedral.
La construcción actual es una obra en estilo renacentista realizada a mediados del siglo XVI por Hernán Ruiz “el Joven” (Burgos o Córdoba, 1514-Sevilla, 1569). Está compuesta por dos cuerpos, siendo el inferior un arco de medio punto sobre pilastras, y cuenta con el escudo de don Cristóbal Rojas Sandoval, obispo de Córdoba entre 1562 y 1571, situado en la clave. Dicho arco se encuentra flanqueado por dos columnas sobre basamento que sustentan un friso decorado con motivos vegetales. En las enjutas del arco, aparecen dos escudos en los que hay dibujados, en relieve, la Puerta del Perdón y el antiguo Alminar de la Mezquita, antes de ser sustituido por la actual Torre-Campanario. El cuerpo superior está compuesto por dos columnas exteriores y dos pilastras interiores que, elevándose sobre el friso nombrado anteriormente, sostienen un frontón curvo en el que aparece la imagen del Padre Eterno118. Las tres hornacinas resultantes de los espacios entre columnas y pilastras estuvieron en otros tiempos cubiertas por pinturas realizadas por Antonio del Castillo, ocupando Santa Catalina el espacio central y estando flanqueada por los patronos de Córdoba, San Acisclo y Santa Victoria.
Aunque en los aldabones de las puertas aparece escrito “Anno 1573” y Hernán Ruiz “el Joven” murió en 1569, ello no debe confundirnos con respecto al autor o la fecha de realización. Sencillamente, serían algunos detalles que se acabaron después de la muerte del arquitecto. 
A la derecha de la anterior Puerta de Santa Catalina, según la miramos desde la calle, se encuentra la Fuente de Santa Catalina, o Fuente del Mocosillo, nombre este último que le dio el pueblo en épocas pasadas por el escaso caudal de que disponía y que, en ocasiones, era casi un goteo de agua.
De la existencia de esta fuente se sabe desde el siglo XIII, en particular, desde el año 1265, aunque su traza actual corresponde a una intervención del siglo XVII. Consta de una hornacina de piedra, rematada por tres adornos piramidales y sin nada en su interior, que se levanta sobre un gran pilón utilizado, en épocas pasadas, como abrevadero. Dispone de un único caño, situado en la parte inferior de la hornacina.
El agua de esta fuente, al igual que el de las otras de la Catedral, dependía del suministro del cabildo catedralicio, quien, por cesión de Fernando III “el Santo”, rey de Castilla desde 1217 a 1252 y de León desde 1230 a 1252, había heredado el suministro de aguas de la antigua Mezquita. En época más reciente, desde el año 1961 y en atención a la salud pública, su agua procede de la que surte la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba. 
La última puerta de la fachada Este es la Puerta de la Grada Redonda que, al igual que el Postigo de la Leche, situado frente a ésta, comunica la Galería Norte del Patio de los Naranjos con la calle. Construida en el siglo XVIII, concretamente en el año 1726, su diseño corresponde a Tomás Jerónimo de Pedrajas (Córdoba, 1690-Granada, 1757), quien cobró 1.000 reales119 por dirigir esta obra.
Realizada en estilo churrigueresco121, con un vano de entrada adintelado, se encuentra coronada por un remate triangular, en cuyo centro, se ve el escudo de la Catedral de Córdoba. En su reducido tamaño, se acumula una profusa decoración de molduras, volutas122, veneras, remates, etc.
En cuanto al motivo de su nombre, de la Grada Redonda, éste parece que se debe a la existencia de una grada de esta forma, de piedra azul, situada en el andén con la que en el siglo XVIII, en 1731, se construyó el pilón de la Fuente del Cinamomo. 
Giramos y regresamos así al muro Norte de la Mezquita, punto de partida de este recorrido por su parte exterior, para ver los cuatro elementos que nos restan en él. El primero de ellos es el Altar de la Virgen de los Faroles, obra realizada en el siglo XVIII y costeada por don Rodrigo Rubio, quien vivía en la calle Velázquez Bosco. Don Rodrigo, para poder rezar a la Virgen desde su casa, construyó este altar justo enfrente de dicha vía. El retablo interior está formado por cuatro columnas, dos a cada lado, sobre las que se asienta un frontón curvo decorado con motivos vegetales. En su interior, acoge un lienzo de la Virgen de la Asunción; se trata de una copia de una obra de Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874-1930) realizada por su hijo, el también pintor Rafael Romero de Torres Pellicer (Córdoba, 1899-1984).
Originariamente, el retablo contaba con una imagen de la Inmaculada Concepción, obra de don Antonio Fernández de Castro (Córdoba, 1659-1739), sacerdote y pintor que fue racionero123 de la Catedral de Córdoba. No obstante, no todas las fuentes aceptan esta autoría, al citar como su autor al italiano Juan Pompeyo “El Violinsta”, sobrenombre este último debido a que su llegada a la ciudad de Córdoba, en 1730, fue como músico de la Catedral. Otra posible autoría es la del pintor Antonio Álvarez Torrado (¿1734?-Córdoba, 1806).
Sin embargo, este lienzo, tras sufrir un incendio el 17 de noviembre de 1927, tal y como recoge en la edición del día siguiente el diario ABC, fue destruido por completo, por lo que fue sustituido por el lienzo con la Virgen de la Asunción pintado por Julio Romero de Torres. En el año 1936, el cuadro fue trasladado al museo dedicado al artistamuseo dedicado al artista, colocando en su lugar la copia de su hijo ya mencionada.
El nombre de Virgen de los Faroles con el que es popularmente conocida viene por los once farolillos que iluminan el altar. Finalmente, en la reja, merece la pena fijarse en la placa ovalada que nos advierte:
“Si quieres que tu dolor
se convierta en alegría
no pasarás pecador
sin alabar a María”. 
El siguiente elemento en el que vamos a reparar, la Fuente del Caño Gordo, se encuentra entre el Altar de la Virgen de los Faroles y la Puerta del Caño Gordo. Se trata de una fuente mural formada por una pequeña pila de mármol negro y un solo caño de bronce de cuyo tamaño toma el nombre la fuente.
Al parecer, tiempo atrás, antes de que su suministro dependiera de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba, esta fuente tenía un gran caudal de agua, de doce pajas126, aunque ésta, según algunas fuentes, era de una calidad regular. 
A su lado, encontramos la Puerta del Caño Gordo, llamada así por estar situada al lado de esta fuente. Algunos autores fechan la puerta original en el siglo XVI, durante el obispado de don Juan Daza (1504-1510). En el momento de su construcción, según leemos en la página 613 del libro “La Catedral de Córdoba”, de Manuel Nieto Cumplido, sobre la puerta estaba el escudo de armas de este obispo, un escudo que bien podría ser el que, durante el obispado de don José Pozuelo y Herrero (1898-1913), se trasladó hasta el patio del Palacio Episcopal.
La puerta fue reedificada en el siglo XVIII en estilo neoclásico127. Presenta unas trazas muy sencillas, estando formada por un frontón triangular, con el escudo de la Catedral en el tímpano y sostenido entre pilastras que enmarcan el vano adintelado de acceso.
Esta entrada, por la que se accede al Patio de los Naranjos, carece de importancia dentro de lo que es el protocolo catedralicio. 
Y terminamos frente a un pequeño vano enrejado que, si bien puede pasar desapercibido, merece toda nuestra atención, pues se trata de la antigua Puerta de Nuestra Señora del Pilar, ubicada en el lugar en el que se unen las intervenciones de Abd al-Rahman III y de Almanzor, y construida durante la ampliación de este último. De trazas muy sencillas, está formada por un vano adintelado y cuenta con un arco de descarga.
En su origen, su utilidad era la de servir de acceso directo a las mujeres para que entraran desde la calle a la galería del lado Norte. En la actualidad, está hundida, debido a la elevación del terreno, y se encuentra cerrada con una reja. Según Antonio Fernández Puertas, catedrático de Historia del Arte Musulmán en la Universidad de Granada, esta puerta fue descubierta por el arquitecto y arabista Félix Hernández Giménez en el año 1929, dejándola señalada, aunque sin abrir, en 1932, momento en que el muro Norte fue rebajado.
Finalizamos aquí nuestro recorrido por el exterior de la Catedral-Mezquita de Córdoba sabiendo un poco más acerca de los elementos que componen el perímetro que la rodea. Estamos ya, pues, preparados para adentrarnos en el interior del templo, el cual iremos viendo detalladamente en los sucesivos reportajes. 
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
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- Córdoba (IX): siglo XVIII, decadencia económica y llegada de los Borbones
- Córdoba (X): siglo XIX, el inicio de la modernización de la ciudad
- Córdoba (y XI): siglo XX, Patrimonio de la Humanidad
- Índice de monumentos de Córdoba
- El Alcázar de los Reyes Cristianos
- Baños del Alcázar Califal
- Casa - Museo de Arte sobre Piel
- Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra


- 1 Valí: En algunos Estados musulmanes, gobernador de una provincia o de una parte de ella. ↑
- 2 Mezquita aljama: Se llama así a la mezquita mayor de una ciudad. ↑
- 3 Mihrab: En las mezquitas, nicho u hornacina que señala el sitio adonde han de mirar quienes oran. ↑
- 4 Alminar: Torre de las mezquitas, por lo común elevada y poco gruesa, desde cuya altura convoca el almuédano5 a los musulmanes en las horas de oración. ↑
- 5 Almuédano: Musulmán que desde el alminar convoca en voz alta al pueblo para que acuda a la oración. ↑
- 6 Emirato: Dignidad o cargo de emir6. // Tiempo que dura el gobierno de un emir. // Territorio gobernado por un emir. ↑
- 7 Emir: Príncipe o caudillo árabe. ↑
- 8 Episcopal: Perteneciente o relativo al obispo. ↑
- 9 Baptisterio: Capilla o recinto donde está la pila bautismal. // Pila bautismal. // Edificio, por lo común de planta circular o poligonal, próximo a un templo y generalmente pequeño, donde se administraba el bautismo. ↑
- 10 Ablución: Lavatorio ritual del cuerpo o de una parte de él con el fin de purificarlo. ↑
- 11 Quibla: Muro de una mezquita que está orientado hacia La Meca. ↑
- 12 Macsura: En una mezquita, recinto reservado para el califa13 o el imán16 en las oraciones públicas, o para contener el sepulcro de un personaje tenido en opinión de santidad. ↑
- 13 Califa: Título de los príncipes sarracenos14 que, como sucesores de Mahoma, ejercieron la suprema potestad religiosa y civil en algunos territorios musulmanes. ↑
- 14 Sarraceno: Mahometano15. // Natural de la Arabia Feliz, antigua región de Asia. ↑
- 15 Mahometano: Musulmán. ↑
- 16 Imán: Encargado de presidir la oración canónica musulmana, poniéndose delante de los fieles para que estos lo sigan en sus rezos y movimientos. // Guía, jefe o modelo espiritual o religioso, y a veces también político, en una sociedad musulmana. ↑
- 17 Hayib: Cargo equivalente al de Primer Ministro tanto en el Emirato como en el Califato18 cordobés. ↑
- 18 Califato: Sistema de gobierno regido por un califa. // Condición de califa. // Territorio gobernado por un califa. // Tiempo que duraba el gobierno de un califa. // Período histórico correspondiente al gobierno de califas. ↑
- 19 Almena: Cada uno de los prismas19 que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores. ↑
- 20 Prisma: Cuerpo limitado por dos polígonos planos, paralelos e iguales, que se llaman bases, y por tantos paralelogramos21 cuantos lados tengan dichas bases, las cuales, según su forma, dan nombre al prisma: triangular, pentagonal, etc. ↑
- 21 Paralelogramo: Cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí. ↑
- 22 Concejo: Casa consistorial. // Ayuntamiento. // Corporación integrada por el alcalde y concejales de un municipio para su administración. ↑
- 23 Arco apuntado: Arco que consta de dos centros situados en la línea de arranque. ↑
- 24 Arco de herradura: Arco que tiene más de media circunferencia y cuyos arranques vuelan25 tanto como la imposta26. ↑
- 25 Volar: Sobresalir fuera del paramento de un edificio. ↑
- 26 Imposta: Hilada de sillares27 algo voladiza, a veces con moldura, sobre la cual va sentado un arco. ↑
- 27 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo28 rectángulo, que forma parte de un muro de sillería29. ↑
- 28 Paralelepípedo: Sólido limitado por seis paralelogramos, cuyas caras opuestas son iguales y paralelas. ↑
- 29 Sillería: Fábrica hecha de sillares asentados unos sobre otros y en hileras. ↑
- 30 Túmido: Dicho de un arco o de una bóveda: Que es más ancho hacia la mitad de la altura que en los arranques. ↑
- 31 Bóveda de cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos. ↑
- 32 Enjuta: Triángulo o espacio que deja en un cuadrado el círculo inscrito en él. // Albanega33. // Pechina36. ↑
- 33 Albanega: Espacio triangular comprendido entre la rosca34 de un arco y el alfiz35. ↑
- 34 Rosca: Faja de material que, sola o con otras concéntricas, forma un arco o bóveda. ↑
- 35 Alfiz: Recuadro del arco árabe, que envuelve las albanegas y arranca bien desde las impostas, bien desde el suelo. ↑
- 36 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales37 sobre los que estriba. ↑
- 37 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la media naranja de un edificio. ↑
- 38 Ataurique: Ornamentación árabe de tipo vegetal. ↑
- 39 Arco polilobulado: Arco formado por una sucesión de lóbulos40. ↑
- 40 Lóbulo: Cada una de las partes, a manera de ondas, que sobresalen en el borde de una cosa; como en la hoja de una planta o en el intradós de un arco. ↑
- 41 Advocación: Tutela, protección o patrocinio de la divinidad o de los santos a la comunidad o institución que toma su nombre. // Denominación de las correspondientes imágenes, de los santuarios y días en que se veneran, de las entidades acogidas a su patrocinio, etc. ↑
- 42 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos. ↑
- 43 Altorrelieve: Relieve en que las figuras salen del plano más de la mitad de su bulto. ↑
- 44 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 45 Barroco: Dicho de un estilo arquitectónico o de las artes plásticas: Que se desarrolló en Europa e Iberoamérica durante los siglos XVII y XVIII, opuesto al clasicismo46 y caracterizado por la complejidad y el dinamismo de las formas, la riqueza de la ornamentación y el efectismo. ↑
- 46 Clasicismo: Estilo artístico o literario conforme a los ideales de la Antigüedad grecorromana. ↑
- 47 Aldabón: Aldaba. // Pieza de hierro o bronce que se pone a las puertas para llamar golpeando con ella. ↑
- 48 Yesería: Obra hecha de yeso. ↑
- 49 Cabildo: Cuerpo o comunidad de eclesiásticos capitulares de una iglesia catedral o colegial. // En algunos pueblos, cuerpo o comunidad que forman los eclesiásticos que hay con privilegio para ello. ↑
- 50 Diezmo: Contribución que pagaban los fieles a la Iglesia, consistente en la décima parte de sus frutos. ↑
- 51 Friso: Parte del entablamento52 en los órdenes clásicos que media entre el arquitrabe53 y la cornisa55, en ocasiones ornamentado de triglifos56, metopas62 u otros elementos. ↑
- 52 Entablamento: Conjunto de molduras que corona un edificio o un orden de arquitectura y que ordinariamente se compone de arquitrabe, friso y cornisa. ↑
- 53 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel54 de la columna. ↑
- 54 Capitel: Parte superior de una columna o de una pilastra, que la corona con forma de moldura y ornamentación, según el orden arquitectónico a que corresponde. ↑
- 55 Cornisa: Parte superior del entablamento de un pedestal, edificio o habitación. ↑
- 56 Triglifo: Adorno del friso dórico57 que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por dos glifos61 centrales y medio glifo a cada lado. ↑
- 57 Orden dórico: Orden que tiene la columna de ocho módulos58 o diámetros a lo más de altura, el capitel sencillo y el friso adornado con metopas y triglifos. ↑
- 58 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste59 en su parte inferior. ↑
- 59 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa60. ↑
- 60 Basa: Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua. // Pieza inferior sobre la que se apoya el fuste de la columna en todos los órdenes arquitectónicos excepto en el dórico. ↑
- 61 Glifo: Canal vertical poco profundo que decora el frente de los triglifos en los órdenes clásicos. ↑
- 62 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo. ↑
- 63 Fábrica: En las iglesias, renta o derecho que se cobraba para repararlas y costear los gastos del culto divino. // Fondo que solía haber en las iglesias para repararlas y costear los gastos del culto divino. ↑
- 64 Deán: Canónigo65 que preside el cabildo de la catedral. ↑
- 65 Canónigo: Eclesiástico que tiene una canonjía66. ↑
- 66 Canonjía: Prebenda67 por la que se pertenece al cabildo de iglesia catedral o colegial. ↑
- 67 Prebenda: Cualesquiera de los antiguos beneficios eclesiásticos superiores de las iglesias catedrales y colegiatas, como la dignidad, el canonicato, la ración, etc. ↑
- 68 Matraca: Rueda de tablas fijas en forma de aspa, entre las que cuelgan mazos que al girar ella producen ruido grande y desapacible. Se usa en algunos conventos para convocar a maitines, y en Semana Santa en lugar de campanas. ↑
- 69 Frontón: Remate triangular o curvo de una fachada, un pórtico, una puerta o una ventana. ↑
- 70 Cisura: Rotura o abertura sutil que se hace en cualquier cosa. ↑
- 71 Cuarta: Medida de longitud de unos 20 cm, que equivalía a la cuarta parte de una vara72 y estaba dividida en doce partes iguales o dedos73. ↑
- 72 Vara: Medida de longitud que se usaba en distintas regiones de España con valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm. ↑
- 73 Dedo: Medida de longitud, duodécima parte del palmo, que equivale a unos 18 mm. ↑
- 74 Rebosadero: Sitio u orificio por donde rebosa un líquido. ↑
- 75 Expósito: Dicho de un recién nacido: Abandonado o expuesto, o confiado a un establecimiento benéfico. ↑
- 76 Cafiz: Cahíz. // Medida de capacidad para cereales, diferente según las regiones. Cahizada. // Porción de terreno que se puede sembrar con un cahíz de grano. ↑
- 77 Renacimiento: Movimiento artístico europeo, que comienza a mediados del siglo XV, caracterizado por un vivo entusiasmo por el estudio de la Antigüedad clásica griega y latina. ↑
- 78 Gótico: Dicho del arte: Desarrollado en Europa desde finales del siglo XII hasta el Renacimiento y caracterizado, en arquitectura, por el arco apuntado, la bóveda de crucería79 y los pináculos82. ↑
- 79 Bóveda de crucería: Bóveda característica del estilo gótico, compuesta por arcos que se cruzan diagonalmente en un punto central, o clave80, formando nervios81. ↑
- 80 Clave: Piedra central y más elevada con que se cierra el arco o la bóveda. ↑
- 81 Nervio: Arco que, cruzándose con otro u otros, sirve para formar la bóveda de crucería. Es elemento característico del estilo gótico. ↑
- 82 Pináculo: Remate piramidal o cónico que en la arquitectura gótica cumple una doble función, estética y estructural. ↑
- 83 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas84 y destinada a soportar cargas. ↑
- 84 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella. ↑
- 85 Arco conopial: Arco muy rebajado86 y con una escotadura88 en el centro de la clave, que lo hace semejante a un pabellón o cortinaje. ↑
- 86 Arco rebajado: Arco cuya altura es menor que la mitad de su luz87. ↑
- 87 Luz: Dimensión horizontal interior de un vano o de una habitación. // Distancia horizontal entre los apoyos de un arco, viga, etc. ↑
- 88 Escotadura: Entrante que resulta en una cosa cuando está cercenada, o cuando parece que lo está. ↑
- 89 Florón: Adorno hecho a manera de flor muy grande, que se usa en pintura y arquitectura en el centro de los techos de las habitaciones. ↑
- 90 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia. ↑
- 91 Dovela: Piedra labrada en forma de cuña, para formar arcos o bóvedas, el borde del suelo del alfarje, etc. // Cada una de las superficies de intradós92 o de trasdós93 de las piedras de un arco o bóveda. ↑
- 92 Intradós: Superficie inferior de un arco o bóveda. ↑
- 93 Trasdós: Cara exterior o superior de un muro, arco, bóveda o cúpula. ↑
- 94 Celosía: Enrejado de listoncillos de madera o de hierro, que se pone en las ventanas de los edificios y otros huecos análogos, para que las personas que están en el interior vean sin ser vistas. ↑
- 95 Tejaroz: Alero del tejado. // Tejadillo construido sobre una puerta o ventana. ↑
- 96 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel. ↑
- 97 Enlucir: Poner una capa de yeso o mezcla a las paredes, techos o fachadas de los edificios. ↑
- 98 Sabat: En las construcciones árabes, pasadizo que suele unir la mezquita con el palacio, o alcázar. ↑
- 99 Tímpano: En las iglesias, espacio que queda delimitado por el dintel y las arquivoltas. ↑
- 100 Cartela: Pedazo de cartón, madera u otra materia, a modo de tarjeta, destinado para poner o escribir en él algo. ↑
- 101 Cúfico: Dicho de una escritura o de un alfabeto: Empleado antiguamente por los árabes. ↑
- 102 Aleya: Versículo del Corán. ↑
- 103 Alquibla: Punto del horizonte o lugar de la mezquita hacia donde los musulmanes dirigen la vista cuando rezan. ↑
- 104 Venera: Concha de la vieira, semicircular, formada por una valva plana y otra muy convexa, de diez a doce centímetros de diámetro, rojizas por fuera y blancas por dentro, con dos orejuelas laterales y catorce estrías radiales a modo de costillas gruesas. ↑
- 105 Plateresco: Dicho de un estilo arquitectónico: Que se desarrolló en España en el siglo XVI y que se caracteriza por una ornamentación que recuerda las filigranas de los plateros. ↑
- 106 Custodia: En el culto católico, pieza de oro, plata u otro metal, donde se expone la hostia consagrada a la adoración de los fieles. // En el culto católico, templete o trono, generalmente de plata y de grandes dimensiones, donde se coloca la custodia para trasladarla en las procesiones. ↑
- 107 Lugar donde se guarda y deposita a Cristo sacramentado108. // En algunas iglesias catedrales, capilla que sirve de parroquia109. ↑
- 108 Sacramentado: Dicho de Jesucristo: Que está en la eucaristía. ↑
- 109 Parroquia: Iglesia en que se administran los sacramentos y se atiende espiritualmente a los fieles de una feligresía110. ↑
- 110 Feligresía: Conjunto de feligreses de una parroquia. // Territorio encomendado a un párroco. ↑
- 111 Arco geminado: Aquel que se encuentra dividido en dos por un parteluz112. ↑
- 112 Parteluz: Mainel113 o columna delgada que divide en dos el hueco de una ventana o de una puerta. ↑
- 113 Mainel: Miembro arquitectónico, largo y delgado, que divide un hueco en dos partes verticalmente. ↑
- 114 Trilobular: Arco de tres lóbulos. ↑
- 115 Consagrar: Dicho de un sacerdote católico: Pronunciar en la misa las palabras que operan la transustanciación116. ↑
- 116 Transustanciación: En la doctrina católica, conversión de las sustancias del pan y del vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo. ↑
- 117 Collación: Colación. // Territorio o parte de vecindario que pertenece a cada parroquia en particular. ↑
- 118 Padre Eterno: Primera persona de la Santísima Trinidad119. ↑
- 119 Santísima Trinidad: En el cristianismo, las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que constituyen un solo Dios. ↑
- 120 Real: Moneda con diverso valor y factura según épocas y lugares. ↑
- 121 Churriguerismo: Estilo de ornamentación recargada empleado por Churriguera, arquitecto y escultor barroco de fines del siglo XVII, y sus imitadores en la arquitectura española del siglo XVIII. ↑
- 122 Voluta: Figura en forma de espiral. ↑
- 123 Racionero: Prebendado que tenía ración124 en una iglesia catedral o colegial. ↑
- 124 Ración: Prebenda en alguna iglesia catedral o colegial, y que tiene su renta en la mesa125 del cabildo. ↑
- 125 Mesa: Cúmulo de las rentas de las iglesias, prelados y dignidades, o de las órdenes militares. ↑
- 126 Paja de agua: Medida antigua de aforo, que equivalía a la decimosexta parte del real de agua, o poco más de dos centímetros cúbicos por segundo. ↑
- 127 Neoclasicismo: Movimiento literario y artístico dominante en Europa desde finales del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII, que aspira a restaurar el gusto y las normas del clasicismo grecorromano. ↑

LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
VUELOS: Córdoba cuenta con un aeropuerto, situado a 6 kilómetros de la ciudad, para el tráfico nacional e internacional en el que pueden operar aeronaves de hasta 80 plazas.
TREN: Por la ciudad pasan los trenes que unen a Madrid con Cádiz, Granada, Huelva, Málaga y Sevilla. Además, la ciudad está comunicada con Madrid, Granada, Málaga, Sevilla, Alicante, Valencia y Barcelona a través del tren de Alta Velocidad.
METRO:
AUTOBÚS: De la Estación Sur de Madrid salen varios viajes diarios con destino Córdoba y al igual en sentido contrario. A través de la web de la Estación de Autobuses de Córdoba podemos consultar, entre otros, los destinos y horarios de los autobuses que en ella operan.
COCHE: Córdoba está comunicada con Madrid a través de la Autovía del Sur (A-4). Otras carreteras que pasan por ella son la Autovía Córdoba-Málaga (A-45) o la Carretera Nacional Badajoz-Granada (N-432).
Los datos de comunicaciones se han tomado, en enero de 2025, de la Web oficial del Ayuntamiento de Córdoba, de la web de Turismo de Córdoba, web de la Estación de Autobuses de Córdoba y de Google Maps.

- Manuel Nieto Cumplido y Luis Recio Mateo: "La Mezquita Catedral de Córdoba. Patrimonio de la Humanidad"; Ediciones Edilux, S.L.; ISBN: 84-95856-12-3; Depósito Legal: GR-2264-05.
- Miguel Sobrino: "Catedrales"; Editorial La Esfera de los Libros, S.L.; ISBN: 978-84-9734-868-3; Depósito Legal: M.41.118-2010.
- María Dolores Baena Alcántara: "Guía de la Catedral - Mezquita de Córdoba"; Ediciones El Almendro; ISBN: 84-8005-092-6; Depósito Legal: MA-1084/2006.
- Antonio Fernández-Puertas: "Mezquita de Córdoba. Su estudio arqueológico en el siglo XX"; Editorial Universidad de Granada; Campus Universitario de Cartuja, Granada; Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba; Campus Universitario Rabanales, Córdoba; ISBN: 978-84-338-5048-5 / ISBN: 978-84-9927-023-4; Depósito Legal: GR-3.333-2009.
- Antonio Fernández-Puertas: "Mezquita de Córdoba. El trazado de la portada interior de la Bab al-Wuzara, la Puerta de los Deanes (s. VIII), su trazado interior y exterior"; Archivo Español de Arte, LXXXII, 326; Abril-Junio 2009, pp. 107-136; ISSN: 0004-0428.
- Rafael Castejón: "La portada de Mohamed I (Puerta de San Estebán) en la Gran Mezquita de Córdoba"; Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Año XV, Número 31; Octubre a Diciembre 1944; pp. 491-509; ISSN: 1139-2630.
- Juan A. Souto: "La Mezquita Aljama de Córdoba"; Artigrama, Número 22; Año 2007; pp. 37-72; ISSN: 0213-1498.
- Pascual Madoz: "Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico (Córdoba)"; AMBITO EDICIONES, S.A.; ISBN: 84-86074-86-2; Depósito Legal: VA.316-1987.
- Guillermo Fatás y Gonzalo M. Borrás: "Diccionario de Términos de Arte"; Alianza, Ediciones del Prado; ISBN: 84-7838-388-3; Depósito Legal: M-36.868-1993.
- Web oficial de la Catedral-Mezquita de Córdoba
- Real Academia de Historia | Antonio Álvarez Torrado
- Real Academia de Historia | Antonio del Castillo y Saavedra
- Real Academia de Bellas Artes de San Fernando | Pompeyo, Juan "El Violinista"
- Universidad de Córdoba | Tesis Doctoral de doña Guadalupe Pizarro Berengena | "El abastecimiento de agua a Córdoba. Arqueología e historia"
- Periódico El Dia de Córdoba | Restaurada la hornacina de Nuestra Señora del Pilar de la Mezquita
- Periódico ABC de Córdoba | Excavaciones en el Patio de los Naranjos arrojan el gran edificio cristiano previo a la Mezquita de Córdoba
- Periódico ABC de Córdoba | El complejo episcopal de Córdoba, el gran enigma de los «siglos oscuros»
- Periódico ABC de Córdoba | Las excavaciones en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba retornarán en 2025
- Centro Virtual Cervantes - Mezquita de Córdoba
- Artencórdoba
- Web de Turismo de Córdoba | Como llegar a Córdoba
- Ayuntamiento de Córdoba | Localización
- Centro de Estudios Borjanos
- Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción; Santiago, 26-29 de Octubre 2011 | El primer proyecto de Hernán Ruiz para la Catedral de Córdoba
- DRAE